Lengua Castellana y Comunicación Guía didáctica del docente
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De Beaugrande y Dressler (1981) proponen un mo<strong>del</strong>o con<br />
siete estándares que ha de cumplir cualquier texto: cohesión,<br />
coherencia, intencionalidad, aceptabilidad, situacionalidad,<br />
intertextualidad e informatividad. Estas normas a las que se<br />
sujeta el texto se sustentan en tres principios que regulan la<br />
comunicación textual: la eficacia, la efectividad y la adecuación.<br />
Dos de estos estándares tienen que ver de forma especial<br />
con la textura: la coherencia y la cohesión. Estos dos clásicos<br />
fenómenos asociados a la constitución textual muchas veces se<br />
usan como sinónimos, indicando la red de relaciones semánticopragmáticas<br />
de un texto. Por ejemplo, Charolles (1978), autor de<br />
una de las propuestas más conocidas, permite hacer coincidir los<br />
procedimientos para lograr coherencia con los mecanismos de la<br />
cohesión, al formular las siguientes reglas para que un texto sea<br />
estructuralmente coherente:<br />
a) Regla de repetición: es necesario que la mayor parte de las<br />
proposiciones se encadenen tomando como base la repetición<br />
de unos elementos.<br />
b) Regla de progresión: es necesario que el desarrollo se produzca<br />
con una aportación constante de información nueva.<br />
c) Regla de no-contradición: es necesario que no se introduzca<br />
ningún elemento semántico que contradiga un contenido<br />
establecido previamente (de forma explícita o implícita).<br />
d) Regla de relación: es necesario que los hechos referidos estén<br />
relacionados en el mundo –real o imaginado– representado.<br />
Otros autores se han colocado en otra posición, indicando la<br />
distinción entre coherencia y cohesión: por ejemplo, la coherencia<br />
se ha interpretado como las relaciones a nivel subyacente y la<br />
cohesión como las relaciones a nivel superficial (Stubbs, 1983).<br />
Para Bernárdez (1995), la coherencia depende <strong>del</strong> equilibrio de<br />
diversos sistemas referenciales que se establece en el proceso<br />
de la comunicación entre Emisor y Receptor, lo cual significa<br />
que la coherencia está basada en una negociación entre los<br />
protagonistas de la comunicación. Aquí consideraremos ambos<br />
La coherencia<br />
conceptos relacionados entre sí por inclusión de uno en otro, en<br />
el sentido siguiente: la coherencia es una noción más extensa<br />
e incluye las relaciones pragmáticas, además de las relaciones<br />
semánticas intratextuales. Es un concepto que se refiere al<br />
significado <strong>del</strong> texto en su totalidad, abarcando tanto las<br />
relaciones de las palabras con el contexto como las relaciones<br />
entre las palabras en el interior <strong>del</strong> mismo texto. Se basa en la<br />
estabilidad y la consistencia temática subyacente, asociada a la<br />
macroestructura (contenido), a la superestructura (esquema de<br />
organización) <strong>del</strong> texto, a su anclaje enunciativo (protagonistas,<br />
tiempo y espacio) y a las inferencias que activan los hablantes<br />
para interpretarlo a partir de conocimientos previos.<br />
La cohesión es un concepto que se refiere a uno de los fenómenos<br />
propios de la coherencia: el de las relaciones particulares y<br />
locales que se dan entre elementos lingüísticos, tanto los que<br />
remiten unos a otros como los que tienen la función de conectar<br />
y organizar. Así, la coherencia, que incluye la cohesión, se puede<br />
considerar tanto una propiedad fundamental que da cobertura al<br />
conjunto de significaciones <strong>del</strong> texto como un principio necesario<br />
para que un texto sea definido como tal.<br />
Si el concepto de SIGNIFICADO se emplea para designar la<br />
capacidad de una expresión lingüística (o de cualquier otro tipo<br />
de signo) para representar y para transmitir conocimientos (es<br />
decir, significados virtuales), entonces puede usarse el término<br />
SENTIDO para referirse al conocimiento que se transmite de<br />
manera efectiva mediante las expresiones que aparecen en el<br />
texto. [ … ] Un texto «tiene sentido» porque el conocimiento<br />
activado por las expresiones que lo componen va construyendo,<br />
valga la redundancia, una CONTINUIDAD DE SENTIDO. [ … ]<br />
La continuidad <strong>del</strong> sentido está en la base de la COHERENCIA,<br />
entendida como la regulación de la posibilidad de que los<br />
CONCEPTOS y las RELACIONES que subyacen bajo la superficie<br />
textual sean accesibles entre sí e interactúen de un modo<br />
relevante (De Beaugrande y Dressler, 1981: 135).<br />
Calsamiglia, H. yTusón, A. (2007). Las cosas <strong>del</strong> decir. Barcelona: Ariel.<br />
Anexo 221