Lengua Castellana y Comunicación Guía didáctica del docente
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Sugerencias metodológicas<br />
Historia <strong>del</strong> español de América<br />
El español de América es el resultado de un proceso iniciado por<br />
Colón a fines <strong>del</strong> siglo XV. Con el transcurso de los años la lengua<br />
peninsular fue abriéndose paso a lo largo <strong>del</strong> nuevo continente.<br />
El español llega a América con las diferentes variantes propias<br />
de las zonas de origen de sus hablantes; aunque se reconoce<br />
una preeminencia de hablantes andaluces (por ejemplo, en los<br />
primeros cincuenta años de Colonia, prácticamente la mitad<br />
de la población migratoria corresponde a andaluces; de hecho,<br />
esta predominancia se mantendría hasta el siglo XVII, cuando<br />
el norte de la Península también se haría presente en el nuevo<br />
continente), no es posible afirmar que ese dialecto regional se<br />
haya convertido en la exclusiva matriz lingüística <strong>del</strong> nuevo<br />
continente. Esta corresponde, más bien, al fruto de la nivelación<br />
surgida en las tierras descubiertas y por medio de la cual los<br />
rasgos más diferenciadores entre los diferentes registros y sus<br />
variables diatópicas se borraron.<br />
Esta nivelación de la lengua empleada por los españoles<br />
encuentra representación ya en el período de criollización, en el<br />
que los hablantes, si bien han asumido algunos términos de las<br />
culturas indígenas, no manifiestan una mixtura lingüística mayor;<br />
pero en el que los hijos de los españoles nacidos en América<br />
revelan una manera distinta de hablar que la de sus padres.<br />
El escenario lingüístico en América, a la llegada de los españoles,<br />
consistía en un sinnúmero de lenguas y dialectos. Según<br />
algunos estudiosos, como Antonio Tovar (1993), ha sido posible<br />
inventariar alrededor de dos mil tribus y cuyas lenguas podrían<br />
clasificarse, a lo menos, en 173 grupos (cfr. Muestra antológica:<br />
1993, 586).<br />
Esta pluralidad lingüística dificultó, tanto la comunicación<br />
entre españoles e indígenas, como la labor de los religiosos<br />
católicos; de hecho, el aprendizaje de las lenguas imperiales<br />
como el náhuatl o el quechua por parte de los misioneros no<br />
aseguraba la comunicación con todos los indígenas de las zonas<br />
en las que se encontraban. Un recurso bastante utilizado por<br />
los primeros españoles fue el empleo de los “indios lengua”,<br />
nativos americanos que aprendían el español y que oficiaban<br />
de intérpretes; no obstante lo anterior, la enorme variedad<br />
lingüística indígena continuó dificultando en primera instancia<br />
esa comunicación.<br />
De entre las diferencias que presenta el español de América en<br />
relación con el peninsular, se destacan:<br />
Indoamericanismos. Estos corresponden a la adopción de<br />
los términos propios de las diferentes lenguas americanas;<br />
86 <strong>Lengua</strong> <strong>Castellana</strong> y <strong>Comunicación</strong> 4° Medio - <strong>Guía</strong> <strong>didáctica</strong> <strong>del</strong> <strong>docente</strong><br />
la mayoría corresponden a las grandes culturas tribales,<br />
como la quechua, tupi guaraní o náhuatl. Actualmente, los<br />
indigenismos se encuentran en mayor medida en el léxico rural<br />
por sobre el urbano.<br />
Americanismos léxicos. Con este término se denomina a las<br />
palabras de origen peninsular cuyo significado ha cambiado<br />
en América.<br />
Conviene destacar que, en la actualidad, varios indigenismos<br />
se han perdido puesto que sus referentes han caducado o<br />
se han vuelto obsoletos. Los americanismos léxicos, por su<br />
parte, contaron con una difusión muchísimo más general que<br />
los indigenismos.<br />
Esta información le servirá a sus estudiantes para comprender<br />
de mejor manera el proceso de Conquista y las similitudes y<br />
diferencias en la región.<br />
SUGERENCIAS METODOLÓGICAS<br />
Archivo editorial<br />
a) Para trabajar la sección Recuerdo lo aprendido puede invitar<br />
a los y las estudiantes a desarrollar las actividades en grupo,<br />
de modo que en conjunto actualicen sus conocimientos<br />
previos. Si bien las preguntas 1, 2 y 3 apuntan a habilidades<br />
básicas de recordar, oriente el trabajo para que desarrollen<br />
una fundamentación que ponga en juego no solo los<br />
contenidos conceptuales (como las características de un<br />
ensayo o el tipo de discurso público), sino que implique<br />
también una argumentación fundamentada.<br />
En el caso de las preguntas 4 y 5, por el contrario, implica que<br />
los y las jóvenes desarrollen la habilidad de evaluar a partir<br />
de los estímulos propuestos.<br />
Es conveniente socializar las respuestas <strong>del</strong> curso, no solo<br />
para comprobar cuál es el grado de dominio que los y las<br />
estudiantes manejan en relación con el tema, sino que<br />
también permitirá apreciar desde qué perspectiva los jóvenes<br />
asumen la identidad americana (conciliadora, reflexiva,<br />
agresiva, etc.). Preste atención a este elemento para, en el<br />
caso de que lo considere necesario, enfatizar aún más los OFT<br />
intencionados de la unidad.<br />
b) Promueva una reflexión en torno al papel <strong>del</strong> arte en la<br />
configuración de la identidad de un pueblo. Considere<br />
para ello las distintas manifestaciones artísticas: literarias,<br />
visuales, escénicas y audiovisuales. Es importante resaltar