xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

CHARLES NOROHOFF LA CIENCIA AOMINISTRATIVA AL ALCANCE DE LOS JOVENES 103
banco no tiene capital propio que aventurar y
si faltase al pago de los depósitos, en el acto
que se le exigiese, los deponentes harian cerrar
el banco y embargarian sus bienes.
Así es que un banco es un medio para el
uso económico del capital, y cada economía
de esta especie hace más abundante el fondo
de que se pagan los salarios, asegurando de
esta manera en mayor escala, el empleo de los
jornaleros ú obreros que trabajan por salario.
Lo que es cierto respecto de los bancos, lo
es igualmente respecto del crédito en general.
Si un artesano en virtud de su buen nombre y
contando con su herramienta pide prestados
cien pesos por un año ó más y si hace un uso
provechoso del dinero, es claro que su crédito
ha sido un beneficio para él. Puede usar el
dinero en pagar á los oficiales que emplea; y
gracias á la ayuda de un pequeño préstamo,
puede en poco tiempo conseguir una independencia
efectiva. Y si después de haber acumulado
algo de propiedad, esta econom ía y su
buena reputación le aseguran un crédito hasta
por diez mil pesos, y puede ocupar cincuenta
ó cien trabajadores, he aqu í que el crédito no
sólo habrá sido un beneficio para aquel, sino
para todos los que le han ayudado á trabajar
por salario.
Asi es como el crédito es útil parael poder,
no solamente para el rico que lo disfruta: no
solamente para los individuos que gozan y
utilizan el crédito, sino paramuchos más.
Pero puede abusarse del crédito: como si
yo pidiese prestado dinero para emplearlo en
empresas improductivas. Mis trabajadores,
recibirian, es verdad, el dinero en salarios;
pero no sólo yo perderia la cantidad empleada,
sino que los jornaleros mismos sufririan tam-
bien una pérdida, porque el capital que se
hunde ó se pierde en empresas improductivas
desaparece para siempre. Así cuando una mala
ley conduce ú obliga al capital á invertirse en
industrias naturalmente improductivas, esa ley
causa una pérdida á la masa de los trabajadores
y á los capitalistas mismos.
En muchos casos sin duda, los capitalistas
tienen la prudencia de libertarse de las pérdidas,
por medio de las compañías de seguros.
Así cuando un molino ó una fábrica son consumidos
por el fuego, ó son derribados por
haberse roto una presa, los propietarios reciben
de la Compañía de seguros el íntegro
valor de la pérdida; pueden emplear este dinero
en reedificar sus fincas y dar temporalmente
empleo á gran número de hombres.
Para una vista superficial, esta pérdida aparece
como una verdadera ganancia. Pero, por una
parte, debes observar que los operarios permanecen
ociosos durante el tiempo de la reedificación,
y si buscan empleo en otra parte,
sufren el perjuicio de la traslacion y aumentando
el número de los operarios del lugar en
que se fijan, causan una baja en el precio de
los salarios: por otra parte, el molino ó la fá·
brica, reconstruidos darán empleo solamente
á sus primeros operarios, miéntras que si no
se hubiese destruido el capital empleado en la
reconstruccion, habria podido utilizarse en
otro molino ó en otra empresa que habria
necesitado mayor número de operarios, lo que
seria provechoso para todos los de su clase.
Esto prueba que la destruccion del capital
causa un grave mal á las clases no capitalistas.
Se ha visto en las grandes ciudades que alguna
vez son presa de las llamas, que si por de pronto
se necesitan muchos operarios, como carpinteros,
albañiles, etc., para la reconstruccion,
lo que ha causado una aparente prosperidad,