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78 REVISTA DE ADMINISTRACION PUBLICA
poder para que usase de él inicuamente, y despues
de todo, no obtener más ventaja que la
que podria haberse obtenido por otros medios.
VII
DE LAS DIFERENTES PARTES DEL
GOBIERNO
El gobierno se divide naturalmente en tres diversos
departamentos: el que hace las leyes;
el que las ejecuta Ó las pone en vigor, y el que
administra la justicia.
En una tri bu Ó sociedad rudamente organizada'
el jefe ó patriarca asume todos las funciones:
da órdenes que son leyes, las pone en
ejecucion, y se sienta como juez en las disputas
suscitadas entre los individuos de la tribu.
Bajo un gobierno despótico, el gobernante
ejerce los mismos poderes que el jefe de una
tribu de salvajes; pero necesariamente obra
por medio de agentes, favoritos suyos, que
hacen la vida de los súbditos todavía ménos
tolerable.
Para mantener, un gobierno libre 6 popular,
es preciso que estos poderes sean puestos en
diferentes manos, que el cuerpo de funcionarios
que hace las leyes, nada tenga que ver con
su ejecucion, y que los jueces sean tambien un
cuerpo independiente, tanto de la rama legislativa,
como de la ejecutiva. Donde está bien
establecida y cuidadosamente guardada esta
division de los poderes, si al mismo tiempo la
nacion tiene suficiente inteligencia y espíritu
público para sujetar á los gobernantes que
elige á una estricta cuenta, las libertades del
pueblo están perfectamente aseguradas, y los
ciudadanos se hallan en aptitud de hacer que
su gobierno sea tan honrado y eficaz como
ellos lo desean. Así es como el pueblo, no solamente
vigila á los gobernantes, sino que fácilmente
distingue dónde está la falta en el
mal gobierno, para aplicar el remedio. En
nuestro sistema político, esta gran division de
los poderes, está muy claramente definida; el
Congreso expide las leyes, pero no las puede
ejecutar ni hacer cumplir; el Presidente de la
República las pone en vigor, pero no las hace,
y los Tribunales, las aplican en los casos controvertidos.
Hay todavía una mayor subdivision, que es
de igual importancia para un buen gobierno,
y es de la que nos ocuparémos en el siguiente
capítulo.
VIII
DE LA DESCENTRALlZACION
La experiencia ha demostrado que es muy
conveniente dividir todavía más los poderes
confiados al gobierno; limitar á un gobierno
general al desempeño de ciertas funciones ó
deberes que conciernen igualmente á todas las
partes de la nación, y confiar otros poderes y
obligaciones que sólo tienen una aplicacion
local, á gobiernos que aparecen como inferiores,
pero que son independientes en su esfera.
Así en nuestro sistema político, el Gobierno
Federal, que reside en la ciudad de México
ejerce poderes estrictamente limitados, dejando
otros á los gobiernos de los Estados y algunos
más á los Ayuntamientos.