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194 REVISTA DE ADMINISTRACION PUBLICA
dora sólo pudo ser controlada hasta que se
revelaron los intentos reeleccionistas de Obregón,
después de lo cual el poder de la CROM
comenzó a declinar. Estos desarrollos produjeron
las primeras rupturas dentro de la dirección
bonapartista y la burocracia poi ítica que
era su base de apoyo. La burocracia que estaba
directamente ligada a los sectores populares
comprendió mejor que sus líderes el deterioro
creado con el proceso de incrementar el conservadurismo
poi ítico del bonapartismo y siguió
presionando para obtener mayores y más
radicales reformas. Pero ante. de que tales
fricciones pudieran llegar a ser más greves, los
1íderes superiores comenzaron a luchar entre
ellos por la sucesión al más alto cargo bonapartista.
Las rebeliones de 1927 y la escobarista
de 1929 habían resultado de estas disputas
y causaron que los 1íderes bonapartistas perdieran
un alto grado de prestigio. Por lo tanto,
la relación de fuerzas entre los últimos y la
burocracia poi ítica estaba decididamente a favor
de ésta. La crisis de 1929-33 que demostró
la inoperancia del modelo de desarrouo,"?
reforzada por los líderes bonapartistas en
decadencia, era la oportunidad para que la
burocracia poi ítica se moviera a la ofensiva,
impusiera su propio modelo de desarrollo y
estableciera las normas para el funcionamiento
de un poder bonapartista sin lideres heróicos.
Las Elecciones y el Mando Supremo del
Bonapartismo
Durante los primeros ocho años de la existencia
del bonapartísmo, el problema de los
70 " ... los aq-eris tas desertaron en el momento de la rebelión
escobar isla y en no pocos lugares fue preciso disolverlos a
cambios en el mando supremo no se presentó
seriamente. De hecho, casi desde el principio.
el bonapartismo se había caracterizado por
tener dos napoleones en las personas de Obregón
y Calles. Cuando Obregón terminó su
periodo presidencial, la proposición de Calles
de sucederlo sólo tuvo oposición entre los
sectores que estaban marginados o que se
opon ían al bonapartismo.
Pero una vez que Calles terminó su periodo
presidencial, el problema de quién habría de
sucederlo se convirtió en una pregunta ardiente.
Distinguidos generales como Arnulfo Gómez
y Francisco Serrano consideraron que
ellos ten ían todos los derechos a aspirar a la
presidencia; habían estado con Obregón y
Calles desde que éste inició su carrera y les
habían prestado varios servicios peleando contra
sus enemigos y ganándoles aliados. Pero no
eran los únicos dentro del grupo bonapartista
que aspiraban a la presidencia. Morones, que
controlaba el movimiento de los trabajadores
y podía contar con una base de apoyo mucho
más amplia que los generales, también ten ía
esperanzas.
La posibilidad de reelección, aunque siempre
presente, era un punto muy delicado. por razones
tanto poi íticas como ideológicas. La
razón poi ítica fundamental resid ía en el hecho
de que la reelección tendía a impedir la circulación
de posiciones dentro de la burocracia
poi ítico-rnilitar desarrollada por el bonapartismo.
En un grado rnavor, la disciplina dentro
de los rangos bonapartistas se conservaba por
causa de su ineficacia y sus saqueos, en rento que UI)
cansando general se har ia sentir al cabo de tres años de
una guerra que habla disminuido seriamente en marzo
de 1929." Meyer, J. La Crisüeae, Siqto Veintiuno Editores,
México, 1974, Vol. ItI, P 55