xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

60 REVISTA DE AOMINISTRACION PUBLICA
Llegada la próxima cosecha, reintegran los
deudores al pósito devolviendo las cantidades
recibidas, con mas las creces que se llaman pupilares,
consistentes en medio celemin por
fanega si fueran especies, y si metálico, es el 3
por ciento; quedando á eleccion del deudor
verificar el reintegro por granos ó dinero. La
recaudacion está al cuidado de los ayuntamientos,
si bien pueden las diputaciones conceder
moratorias á los pueblos ó particulares.
Tales eran los privilegios de los pósitos,
pero hoy ha variado completamente esta legislacion,
y están perdonados todos los débitos
anteriores al dia 10. de junio de 1814. A
los posteriores hasta 1843 se les condona el
70 por ciento. El sistema de cuenta y razon
de los pósitos está ajustado á las reglas señaladas
para la contabilidad municipal. En 10.
de enero de 1836, habia en la Pen ínsula mas
de siete mil establecimientos de pósitos con
existencias pingües en cereales y en metálico.
Se regulaban sus capitales en setenta millones,
pero habiendo encomendado su administracion
inmediata á las diputaciones provinciales,
estas corporaciones, unidas con las juntas de
armamento y defensa creadas por efecto de las
revueltas políticas por que atravesó la nacion,
hicieron uso de estos fondos sagrados de los
pueblos, no habiendo quedado á la mayoría
de los pósitos otra cosa que los edificios que
se encuentran cerrados.
Se conservan sin embargo algunos pósitos
en varias provincias, cuyos capitales en el dia
están regulados próximamente en 4 millones
de reales.
Pero muchas veces no bastan los pósitos
para satisfacer las necesidades del labrador,
pues este además de grano para sembrar la
tierra necesita en muchas ocasiones dinero
para comprar aperos de labranza, para adquirir
ganados y una infinidad de efectos indispensables
para la agricultura. A satisfacer estas
necesidades se dirigen la institucion de los
bancos agrícolas, los cuales se diferencian de
los pósitos en que pueden atender á todas las
necesidades del labrador, pues su capital es
mas amovible, puede estar en mas circulacion,
se presta mejor á los cambios y se acomoda
mas fácilmente á las necesidades variables y
flexibles de los tiempos y circunstancias. Por
otra parte los bancos agrícolas pueden ser al
mismo tiempo cajas de ahorro donde pongan
en depósito sus econom ías, formando despues
con ellas acciones que les den un producto seguro
y presten al mismo tiempo recursos á los
labradores industriosos. Debe pues la administracion
recomendar la creacion de estos bancos,
dar libertad á los labradores para que
contribuyan á su creacion, y otorgarles los
mismos privilegios y exenciones que tienen
los pósitos, librándoles de todo gravémen ó
contribucion por espacio de cierto tiempo que
se considere necesario.
XXI
DE LA INDUSTRIA
Si la agricultura proporciona al hombre el alimento
indispensable para sustentarse y satisface
esta necesidad general mas imperiosa la
industria, este gran elemento de las sociedades
modernas le proporciona los medios de vestirse
y guarecerse contra la intemperie de las
estaciones. Por eso la agricultura no puede
existir generalmente sin la industria, y nunca
llegan á su completo desarrollo sino cuando