xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

156 REVISTA DE ADMINISTRACION PUBLICA
giones elementalmente exploradas, regiones
inexploradas, flora silvestre y de cultivo, y
fauna salvaje y doméstica: el conocimiento
previo de todo esto, que propiamente constituye
la tierra, es indispensable para poder legislar
autorizadamente su posesión, fomentar
su producción y mejorar su habitabilidad. A
ir adquiriendo este conocimiento están dedicadas
varias Direcciones de la Secretaría, especialmente
la de Estudios Geográficos y Climatológicos,
que, como su nombre lo indica,
estudia la geografía y el clima y prepara el
futuro gran levantamiento del área y del relieve
del territorio; la de Estudios Biológicos,
que considera la flora y la fauna en sus relaciones
con la vida de la población; la de Aguas,
que estima la capacidad y potencialidad fertilizadora
y mecánica de las corrientes y de los
vasos cerrados; la de Bosques, que, entre otras
tendencias, tiene la de determinar las zonas
forestales e implantar su metódica explotación;la
de Agricultura, entre cuyas funciones
fundamentales están la de ensanchar las zonas
de cultivo y las zonas forrajeras y la de fomentar
la producción agrícola. El Instituto Geológico,
que antes estaba incorporado a la Secretaría,
se ocupaba a su vez de las zonas minerales.
La Posesión de la Tierra
La futura legislación agraria, que traerá consigo
la repartición equitativa y proporcional
de la tierra, tiene que hacerse fundándose en
datos integrales que suministren las diversas
Direcciones de Fomento: antecedentes histórico-legales
de la propiedad territorial; condiciones
económicas regionales -actuales y pretéritas-
en lo relativo a dicha propiedad; con-
diciones de catastro y fraccionamiento regional;
estado actual de la misma propiedad en
lo que toca a las condiciones sociales y étnicas;
posibilidad agrícola de las diversas regiones
del territorio, etc., etc.
En cuanto a irrigación de aquellas tierras,
puede decirse que la posesión de las de temporal
es frecuentemente ilusoria, dada la irregularidad
de las lluvias y la proporción de las
regiones en donde éstas nunca se precipitan.
La posesión de la tierra tiene, pues, que ir
acompañada del uso de las aguas de regadío,
siendo, por tanto, urgentes y trascendentales
la apreciación y la conveniente explotación
de nuestro caudal de aguas pluviales, lacustres
y represadas y el aprovechamiento de lasaguas
friáticas.
La Producción de la Tierra
Una vez conocidas cuántas y cuáles son nuestras
tierras de cultivo y forrajeras, podrá saberse
por qué su producción nunca ha bastado
para satisfacer las necesidades de la población
y qué medios verdaderamente autorizados y
prácticos existen para fomentar dicha producción.
Hay que clasificar las tierras de acuerdo con
su fertilidad, aridez y esterilidad, pues -capítulo
de gran importancia- en México existen
extensas regiones que aparecen áridas por determinadas
condiciones, pero que no son estériles.
Es necesario también fomentar la mejoría
de condiciones de producción de las tierras
frías, de las calientes y de las templadas, de
acuerdo con sus características peculiares.