xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

56 REVISTA DE ADMINISTRACION PUBLICA
de la agricultura y protectora solamente de
las grandes cabañas, ni podia ser útil á la nacion,
ni á sí propia, cediendo en provecho exclusivo
de un corto número de poderosos ganaderos.
El régimen de la libertad es el único
sistema conveniente al desarrollo de todos los
productos agrícolas, transigiendo la ley, si es
preciso, con los intereses creados y con los
derechos adquiridos.
En 1835 empezaron á declinar las prerogativas
del Consejo de la Mesta, suprimido su
tribunal de excepcion, y habiendo pasado sus
negocios contenciosos á los tribunales ordinarios.
Despues, por un decreto de 1836, se dispuso
que la asociación de la Mesta llevase el
nombre de asociacion general de ganaderos.
Este cambio de nombre revelaba la idea del
gobierno de destruir la confederaci on universal
de la ganader ía y protegerla solamente amparando
la libertad de los ganaderos, y defendiendo
sus personas y propiedades. Esta asociacion
es voluntaria sin mas 1ímites que el
derecho supremo de inspeccion ó vigilancia
que el gobierno se reserva. Todos los que posean
150 cabezas de ganado lanar gozan de
iguales derechos, y la sociedad dispone de sus
fondos segun le parece. Compónese esta asociacion
de los vocales, de lasdistintas cuadrillas
y de un presidente elegido por estos y aprobado
por la Corona.
Conserva todavía la asociacion de ganaderos
de los antiguos privilegios de la Mesta el
libre uso de las cañadas, cordeles, abrevaderos
y demás servidumbres pecuarias establecidas
para el tránsito y aprovechamiento comun de
los ganados de toda especie, los descansaderos,
sesteaderos, y demás terrenos que hubiesen
disfrutado antes, el pasto de estos terrenos y
de las tierras comunes con la exclusion de los
propios y bald íos y las demás concesiones de
que antes gozaba. La ley fija el ancho de las
cañadas en 90 varas, el de los cordeles en 45,
y en 25 el de las veredas, como 1ímite á cada
una de estas servidumbres. La industria ganadera
estuvo en situacion muy floreciente entre
nosotros á últimos del siglo pasado, pero
pocos años despues empezó su decadencia, y
personas muy entendidas atribuyen las causas
de la ruina de la cabaña española y del descrédito
de sus lanas á los malos métodos de cría,
al aumento de gastos inúti les, á la mala eleccion
de marruecos para las cruzas y á la inmensa
multiplicacion del ganado de lana fina
en casi toda Europa por los buenos métodos
que han adoptado. A la administracion solo
le toca hacer respecto de este género de industria
lo que respecto de las demás: dejar en libertad
al interés particular para que procure
los medios de progresar. Aprovechando las
buenas circunstancias de nuestro país, estimulando
á los particulares, instruyéndoles así en
los medios de mejorar las lanas como en todo
lo demás, podremos aumentar nuestro comercio
en este ramo de tanta importancia.
La administracion protege tambien la cría
caballar regularizando dicho servicio por medio
de una direccion especial encargada de su
inmediato fomento, y estableciendo el depósito
de caballos padres para mejorar y extender
la casta española á beneficio de bien entendidos
cruzamientos. El ganado vacuno necesita
tambien mejorar su especie si han de
prosperar nuestras provincias agrícolas. Los
ayuntamientos están á este fin autorizados
para incluir en el presupuesto el coste de los
toros sementales necesarios.
Gran analogía con la cabaña de la Mesta
tiene la conocida con el nombre de cabaña de
carreteros. Era esta cabaña una asociacion pa-