xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

108 REVISTA DE ADMINISTRACIDN PUBLICA
Por lo tanto, todo obstáculo allibre cambio,
ya sea natural ó artificial, es un perjuicio para
la masa de los consumidores, que son el pueblo
entero.
Sin embargo, cada operación de cambio
que se verifica aun en donde existe un monopolio
cerrado, con relacion á un producto, es
siempre un beneficio cabal, porque aumenta
la abundancia y la comodidad, aunque en
menor escala que si el monopolio no impidiese
el cambio libre. Es pues un error decir que
los hombres se hacen más pobres por el cambio
voluntario, en algunas circunstancias. Y
es enteramente cierto que el capital aumenta
mucho más lentamente donde existen obstáculos
para el libre cambio de los productos
excedentes.
Los obstáculos que estorban el cambio de
los productos son naturales Ó artificiales. Los
primeros son muy numerosos, pero pueden
comprenderse bajo el título general de distancia.
Un rio es un obstáculo serio para el comercio
hasta el dia en que se construya un
puente, Ó se establezca una barca que lo cruce.
El mar es un grande obstáculo que sólo puede
vencerse con ayuda de los buques. La diversidad
de idiomas y costumbres, es tambien un
obstáculo natural.
La Providencia que ha creado todos estos
obstáculos al libre cambio de los productos,
dió á las diversas y distantes partes de la tierra,
diferentes climas, suelos y aptitudes de produccion,
dé tal manera, que 10que se produce
en un país se necesita en muchos otros, é hizo
adecuada á cada region de la tierra, para producir
lo que desean las gentes de otras partes.
Claramente se ve en esto la sabiduría del
Creador, porque obliga á los hombres de dis-
tintos países á comunicarse unos con otros,
siendo así el comercio uno de los más poderosos
agentes para que la civilizacion se derrame
en el mundo y para que los hombres y las naciones
de la tierra se reunan bajo el espíritu
humanitario y fraternal. Sometiendo á los bárbaros,
conservando la paz y aumentando constantemente
la libertad del trabajo, de la industria
y de la econom Ia, la propiedad se asegura
más y la civilizacion se hace más posible,
Supongamos una nacion que esté tan favorecida
por el clima y por la fertilidad de sus
tierras que pueda producir y produzca en
efecto, dentro de sus límites, todas y cada una
de las cosas que sus habitantes necesiten, y
verémos que esa nacion no tendrá influencia
ninguna en el resto del mundo, á lo ménos de
una manera permanente; se hará egoista, despreciará
aun el comercio interior porque no lo
necesita, perderá la inmensa ventaja del comercio
de las otras naciones; y no teniendo
comercio interior ni exterior, contraerá vicios,
tales como la ignorancia, la supersticion, el
odio hácia los extranjeros, la desobediencia á
la justicia, todo lo que degrada la civilización.
Supongamos la tierra dividida en naciones, y
que cada una de ellas se bastase á s í misma, y
veriamos reproducirse en todo el planeta al
Africa y la Groenlandia con su barbarie y su
egoismo.
Además, Dios, cuyos designios al rodear
nuestra vida de dificultades, fueron evidentemente
el de forzarnos. á ejercitar el ingenio, el
valor, la constancia, la paciencia, y el espíritu
de empresa, que son lo que llamamos virtudes
varoniles, tuvo tambien la misma intencion,
cuando creó los obstáculos al comercio de los
hombres en las diversas partes de la tierra;
pero al mismo tiempo, hizo ese comercio