xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

F. AGUSTlN SILVELA ESTUDIOS PRACTICaS DE ADMINISTRACION 229
tivas. Ninguna ley le ha dado ni podido darle
atribuciones propias en vida del rey; y, en este
sentido, el consejo de ministros puede menos
que cada uno de sus individuos. Pero no por
eso sus resoluciones dejan de tener suma importancia;
porque, por una parte, mereciendo
los ministros de confianza del monarca, es
consiguiente su real aprobacion á lo que ellos
hubiesen determinado; y por otra, si el rey no
accediese á lo que juzgasen conveniente al país,
pueden obligarle á cambiar de ministerio retirándose;
lo cual no siempre es fácil ni político.
16. Réstanos hablar de la responsabilidad
ministerial y distribucion de materias entre
los ministerios.
"La persona del reyes sagrada é inviolable
y no está sujeta á responsabilidad. Son responsables
los ministros" (artículo 44 de la constitucion).
Esta responsabilidad de los ministros es
efectivamente la base de los gobiernos representativos:
la garantía mas eficaz entre todas
las garantías: por ella se asegura á los ciudadanos
el uso legal de sus personas, derechos y
bienes.
17. Para hacerla efectiva tienen las córtes
una autorizacion especial en la Constitucion.
La facultad 4a. del arto 40, tít. 50, dice asi:
"Hacer efectiva la responsabilidad de los ministros,
los cuales serán acusados por el congreso,
V iuzgados por el senedo".
18. Inglaterra, que en todo nos ha dado lecciones,
y mas particularmente en poi ítica, ha
exigido muchas veces la responsabilidad á los
ministros.
Francia lo ha hecho en una época reciente
y memorable: en 1830.
19. Para poder determinar con toda precision
los casos en que debe haber lugar á exigirla,
se necesitaria una ley. La Carta francesa
asi lo dispone en su artículo 69; y aunque en
cumplimiento de aquella solemne promesa, se
han formulado y presentado ya á las Cámaras
varios proyectos, no ha llegado á aprobarse
ninguno.
En Francia, en la época que acabamos de
citar, se atuvieron á su legislacion comun, y á
la particular en alguno que otro punto; y nosotros,
de ser necesario, parece que deberlamos
hacer otro tanto, en cuanto fuese compatible
con la Constitucion actual, apelando á
las prácticas de casos análogos ó semejantes.
20. No obstante, ya que no existe nada terminante
y completo entre nosotros, no parece
aventurado decir que los casos de responsabilidad
son aquellos en que los ministros aconsejan
al rey actos por los cuales se atenta á la
ley fundamental, á las libertades públicas, ó
aquellos en que cometen traición. concusion
ó prevaricacion.
21. Ya se deja conocer que hasta ahora no
hemos hablado mas que de la responsabilidad
legal. Ademas de esta existe en primera línea,
y aun mucho mas eficaz y poderosa, la moral.
Preséntase esta de mil maneras; acompaña al
poder en todos sus actos; su influencia, su accion,
aunque á veces inapercibida, es constante,
previsora y en el mas alto grado provechosa.
Su tribunal es la opinion pública; verdadero
soberano en los gobiernos libres. Pero lavl
que esto solo sucede en donde la ilustracion es
general, popular, en donde existen costumbres,
virtudes, educacion política... Cuando no, la