xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

llar el sistema poi ítico bonapartista. Por una
parte, el partido oficial fue reorganizado y se
convirtió en una parte integral del Estado; por
la otra, se formuló el primer programa de
desarrollo económico del país, en el que el
Estado habría de jugar un papel directivo.
Finalmente, con' el establecimiento de normas
que aseguraran el retiro forzado del presidente
del más alto nivel de la burocracia política
al final de cada periodo presidencial, se asegura
la circulación y renovación de la burocracia, y
con la constante expansión del aparato económico
y administrativo del Estado se aumentaron
el poder y las posibilidades de cooptación
de la burocracia.
La mera existencia del poder bonapartista
implica, por definición, que una fracción políticamente
hegemónica de la burguesia no es
capaz de usar directamente el aparato del
Estado para sus propios fines. No obstante,
esta circunstancia no modifica la naturaleza
de clase del Estado. El Estado mexicano que
se desarrolló alrededor del poder bonapartista
era y sigue siendo un Estado burgués. Pero
el hecho de que el Estado escapara al control
directo de la burguesía tuvo enormes repercusiones
ya que, en vez de ser un instrumento
al servicio de fracciones de la burguesía ariacrónica
y decadente, cumplió el papel del
agente más activo en el desarrollo del modelo
de producción capitalista en general.
A fin de comprender la importancia de la
autonomía del Estado mexicano frente a las
distintas fracciones de la burguesía, es suficiente
con compararla con el papel que ha
jugado el Estado en otros países latinoameri·
CARLOS SEVILLA EL BONAPARTISMO EN MEXICO 203
canos, donde los sectores exportadores de la
burgues ía industrial conservan la hegemon ía
poi ítica. Esta hegemon ía es usada para transformar
a toda la sociedad en un aparato productivo
subordinado que es incapaz de permanecer
firme ante la competencia internacional
o en un conjunto de industrias atrasadas que
nunca logran producir artículos que valgan la
pena o ser competitivos. Así, cada intento por
implantar nuevos proyectos de desarrollo con
el fin de tomar ventaja de las oportunidades
presentadas para el desarrollo del capital en
sus territorios, siempre produce profundas
crisis poi íticas.
La naturaleza de clase del Estado mexicano
significó que los programas de desarrollo económico
que puso en práctica necesariamente
asignaran un papel muy importante a la burguesía.
Sin embargo, el monopolio de poder
conservado por la burocracia bonapartista
hizo posible que se llevaran a cabo los ajustes
y adaptaciones necesarios para asegurar la
continua expansión de la economía. En los
dos primeros planes sexenales, durante las administraciones
de Cárdenas y Avila Camacho
se ofrecieron toda suerte de estímu lo y protección
para el capital nacional. Pero una vez
que hubo necesidad de más capital, se abrió
la puerta a la inversión extranjera y se sacrificó
al capital nacional cuando fue incapaz de
mantenerse en las nuevas condiciones. Esto a
menudo causó pugnas entre el Estado y la
burguesía, pero en ningún momento alcanzaron
las proporciones de grave crisis poi ítica.
La importancia del sistema poi ítico consolidado
por la burocracia demostró ser capaz de
asegurar la estabilidad política del país.