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adquirir un carácter social. Desde el principio,
el bonapartismo apoyó las pugnas de los trabajadores
e inició la reforma agraria. Sin embargo,
esta política era limitada en su radicalismo.
Los bonapartistas no ten ían nuevos
proyectos de desarrollo ni pod ían dejar de
considerar el poder de los Estados Unidos
el apoyo y aceptación de la revolución por
los Estados Unidos constitu ía el punto
central->."
El Bonapartismo y el Movimiento
de los Trabajadores
El primero y más duradero apoyo para el grupo
bonapartista proven ía del movimiento de
la clase trabajadora organizada. Como la
clase trabajadora era inmadura y retrógrada,
la forma y funcionamiento de sus organizaciones
era extremadamente primitiva. Sus 1íderes
sación inmediata y en efectivo por toda la propiedad afectada
por las medidas revolucionarias, la nueva importan­
cia obtenida por los intereses petroleros ahora significaba
que ellos defendieran básicamente esos intereses. Los
Estados Unidos siguieron defendiendo los intereses agrarios,
pero esteben subordinados a los intereses de la propiedad
extranjera.
41 "El éxito del movimiento de Agua Prieta causó para México
un formal retroceso en el frente diplomático. Por
algún tiempo los oficiales de los Estados Unidos habían
deseado un número de seguridades referentes al efecto de
la Revolución de México en los intereses que representaban
V, con la caída de Carranza, encontraron a los Estados
Unidos en una posición de insistir sobre tales garantías
como el precio de reconocimiento ... Inglaterra, que nunca
había reconocido el régimen de Carranza en primer lugar,
no mostró ninguna disposición a cambiar su actitud hacia
México. Francia, Bélgica, Suiza V Cuba tampoco tenían
relaciones diplomáticas con el nuevo régimen Mexicano."
Dulles, J.F. Yesterdav in Mexico, University of Texas
Press, U.S.A. 1967, pp. 88-89.
CARLOS SEVILLA EL BONAPARTISMO EN MEXICO 179
eran principalmente caudillos que se habían
distinguido en algunas batallas, y fueron los
líderes indiscutibles de los trabajadores. Por
lo tanto, la alianza entre el movimiento de
la clase trabajadora y el grupo bonapartista
debía tener lugar mediante estos líderes. De
hecho, el estado primitivo de las organizaciones
de los trabajadores no era obstáculo para
su eficacia como fuerza de acción y estaban
aun más abiertos a la manipulación de sus
líderes. La capacidad de acción de los trabajadores
ya había sido demostrada por los
bonapartistas en el papel crucial jugado por
los trabajadores de los ferrocarriles, en tres
ocasiones decisivas: el rescate de Obregón de
la persecución de la policía de Carranza, su
ayuda para movilizar las fuerzas que apoyaron
la rebelión de Agua Prieta y los obstáculos
puestos en el camino de Carranza cuando intentaba
trasladarse a Veracruz donde esperaba
organizar su contra-ofensiva.
La principal organización de trabajadores
que dio apoyo al grupo sonora, desde el principio
de su lucha abierta contra Carranza, fue
la Confederación Regional Obrera Mexicana
(CROM). Esta organización estaba encabezada
por Luis N. Morones, un trabajador electricista,
que se había distinguido durante las pugnas
por las cuales Carranza se había visto obligado
a amenazar a los huelguistas con la pena de
muerte.
Cuando la CROM fue organizada, en 1918,
tenía un estimado de 40 mil afiliados; pero en
el siguiente año, en que rehusa una alianza
con los grupos comunistas incipientes, ya
había crecido a 70,000 miembros. Cuando
se forma la Confederación General de Trabajadores,
con tendencias anarquistas, la CROM
ya tenía más de 100,000 afiliados y era capaz