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F. DE PAULA MADRAZa MANUAL DE ADMINISTRACtON ni) 47
reinado y mas tarde las Cortes declararon que
los terrenos destinados á plantío cuyo suelo y
arbolado fueran de dominio particular, así
como los de pasto y de labor y demás tierras
de cualquiera clase, se entendiesen cerrados y
acotados perpetuamente, pudiendo sus dueños
cercarlos y aprovechar como quisiesen sus
frutos y producciones, dejando libre el paso
de caminos reales y de travesía óservidumbres,
cañadas y abrevaderos, y tambien el disfrute
de caza y pesca. Entre las muchas ventajas que
esta facultad de acotamiento trae á la industria
agrícola, es la mayor sin duda la de concentrar
la propiedad y levantar en medio la
casa del labrador formando un caserío. Esta
es la organizacion mas adecuada al desarrollo
de la agricultura, esta es la que resuelve la
cuestion del grande y del pequeño cultivo,
pues en vez del grande que recomienda la reproduccion
absoluta y en vez del pequeño que
casi nunca asegura un bienestar modesto al
propietario, llegaremos á poseer como término
medio un sistema de labranza fundado en una
distribucion de tierras tan equitativa y bien
calculada, que ni su mucha extension imposibilite
al dueño de regarla con el sudor de su
frente, ni una division extremada le reduzca á
la pobreza.
Los granos que son el alimento de primera
necesidad, los vinos, las sedas, los algodones,
las lanas, y las producciones exóticas que pueden
aclimatarse en nuestro suelo, industrias
todas hijas de la agricultura, son los ramos que
mas particularmente deben llamar en España
la atencion del legislador. En todos yen cada
uno de estos géneros de produccion agrícola
debe tender la administracion, ó por mejor decir
el gobierno, á procurar aumentar el número
de propietarios, á facilitarles los medios de
mejorar su cultivo para que puedan prosperar
y enriquecerse, y por último á protegerlos en
el goce pacífico de sus bienes. No demanda la
industria agrícola privilegios; lo único que necesita
para prosperar es que se le deje obrar
libremente, sin otra influencia por parte del
gobierno que la de instruirla en sus verdaderos
intereses; porque de este modo el interés individual,
que es el mas poderoso aguijon que
puede darse para mejorar y perfeccionar todos
los ramos, hace rápidos progresos, hace verdaderas
maravillas, y enriqueciendo á los particulares
enriquece tambien á las naciones.
XVI
DE LAS AGUAS
Al tratar de la agricultura no es posible prescindir
de las aguas, artículo de primera necesidad
para los usos de la vida, fuerza motriz
aplicada á la industria, veh ículo del comercio
y que convertidas en riego constituyen, por
decirlo así, la sangre de la tierra y la vida de
los campos. Pero las aguas no solo tienen relacion
con la agricultura, la tienen tambien con
los derechos recíprocos de los pueblos por
donde pasan, y merece llamar la atencion de
la administracion por su importancia; pues
que al tratar de su aprovechamiento es preciso
aplicar los principios de derecho administrativo
y de derecho público. En las márgenes
de los rios se fundaron las primitivas ciudades,
porque all i eran las subsistencias mas abundantes,
mas fáciles las comunicaciones y mas
férti I el terreno. La presencia de las aguas aumenta
el valor de toda propiedad. De aqu í se
deriva su importancia y su utilidad inmensa.
Casi todos los objetos pueden sujetarse al dominio
privado, porque son susceptibles de