xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

llZ REVISTA DE AOMINISTRACION PUBLICA
que se emplea en una grande y creciente diversidad
de pequeñas industrias: el carácter de la
gente es elevado, mayor su independencia y
general su bienestar. Miéntras más grandes son
las operaciones de la industria que requieren
una extrema concentracion del capital y del
trabajo, serán diferidas para más tarde, hasta
que los recursos naturales del país hayan sido
enteramente explorados y la acumulacion de
la riqueza y el aumento de la poblacion sean
tambien tan grandes, que permitan el empleo
de aquellos elementos en una via natural y segura.
En este caso, los grados del desarrollo
son lentos pero seguros; y no habrá allí grandes
crisis 6 pánico, ni un abatimiento marcado
en la condición del pueblo. Su ingenio y su
deseo por la prosperidad lo conducirán á inventar
nuevas industrias y á empeñarse en
nuevas empresas, tan pronto como el capital
y el trabajo lo permitan; y es importante observar
el hecho de que estas nuevas empresas
se derivan naturalmente de las condiciones del
pa ís, tales como el clima y producciones ó de
las necesidades del pueblo.
Desgraciadamente este natural y perfecto
nacimiento y desarrollo de la industria, no son
del todo permitidos. Diferentes motivos, entre
los cuales podemos citar el orgullo nacional,
el deseo de una produccion más ostentosa, la
sutil falacia de un "mercado interior" y principalmente,
la sed del oro y la supremacía individual,
se unen para exigir la adopcion de
leyes injustas y parciales expedidas con el
objeto de favorecer algunas ramas especiales
de la industria..
Estas leyes, bajo el nombre seductor de
"protección á la industria nacional" imponen
fuertes derechos á algunos productos extranjeros
para que los fabricantes de esos mismos
artículos en el interior, puedan vender los
suyos á un precio más alto y darles el dominio
6 preferencia en el mercado interior, lo que
no significa otra cosa, sino obligar al pueblo á
que compre caro á esos individuos favorecidos
por las leyes, las cosas que sin ellas podría
comprar baratas. En otros términos, se impide
el libre cambio de los productos.
Los derechos impuestos á los productos extranjeros
son una prima para los productos de
la misma clase, elaborados ó cultivados en el
país. El fabricante nacional sube el precio de
sus mercancías hasta el mismo precio á que
puede vender el extranjero, despues de haber
pagado los derechos. Un derecho sobre las
mantas extranjeras las encarece todas, ya sean
nacionales ó extranjeras; y todos los que usan
la manta, los hombres, las mujeres y los niños
de la tierra, gastan más en su vestido, perdiendo
todos mucho más que lo que ganan los fabricantes
protegidos. "Y como el dinero se
concentra en las grandes fábricas favorecidas
por el sistema proteccionista, dejan de alimentarse
las pequeñas industrias que hacian apto
é inteligente el ánimo del pueblo y generaliZJban
en todas las clases el espíritu público, el
bienestar y la independencia."
El efecto de los derechos protectores es:
primero, ofrecer una alta utilidad al capital,
retirándolo de las pequeñas industrias y concentrándolo
en soberbios edificios llenos de
costosa maquinaria; segundo, apartar una gran
parte de la poblacion industriosa de esas pequeñas
industrias y de sus habitaciones del
campo para llevarla á las grandes ciudades
manufactureras y á un trabajo que hace á los
hombres más dependientes que apoca su ingenio
y que los desalienta en sus buenas aspiraciones.