xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

76 REVISTA DE ADMINISTRACION PUBLICA
los abusos sin acudir á la revolucion V sin que
se desorganice la sociedad. Por ejemplo, si el
pueblo sufre por los abusos de las empresas
ferrocarrileras, hallaremos el remedio del mal,
ciertamente con lentitud, pero de una manera
segura, sin necesidad de acudi r á una revolucion.
Miéntras que en un gobierno despótico,
la cuestion de ferrocarriles, derrocaria acaso á
los gobernantes V afectaria de todos modos la
cuestion de la existencia misma del gobierno.
Si entre nosotros, el gobierno interviniese en
todos nuestros asuntos, si abusase del poder,
no tendriamos las oportunidades físicas de
remediar el mal inmediatamente; pero tenemas
en nuestra Constitucion los medios de un
progreso pacífico, la certeza de que podemos
llegar á una solucion segura de las dificultades
que nos oprimieran V que oprimen sin remedio
á otras naciones civilizadas, regidas por
otras instituciones, V todo esto, sin necesidad
de la revolucion, sin causar un perjuicio permanente
á la sociedad.
VI
DE LA UTILIDAD Y DE LOS
INCONVENIENTES DEL
GOBIERNO LIBRE
Lo que llamamos gobierno libre, esto es, aquel
en que el pueblo gobierna V en el que se reserva
sus libertades, tiene la inmensa ventaja de
que obliga á los ciudadanos á ser útiles á sí
mismos; V en el que se obtiene el progreso pacífico,
no por la costosa V, más que todo, ineficaz
intervencion del gobierno, sino únicamente
por medios permanentes que dependen
de la propia determinacion del pueblo. Así es
como el gobierno del pueblo, para el pueblo
V por el pueblo, educa á la nacion en el valor,
en el espíritu de empresa, en la conciencia del
deber; V á los hombres en el dominio de sí
mismos, en el hábito de obedecer las leves V
en la capacidad V aptitud de obras en comun
para alcanzar el fin público. El gobierno libre
es la escuela de todas las virtudes varoniles.
El gobierno libre persigue otro resultado
igualmente importante: el de mantener la paz
en medio del movimiento V el de obtener la
reforma de los males, sin el auxilio de la revolucion;
porque donde el pueblo tiene V ejerce
sin temor el derecho de elegir á sus gobernantes
V á los encargados de expedi r la lev, todos
los ciudadanos se consideran igualmente obligados
por las leves, V si algunos creen opresivas
esas leves, esperan con paciencia, seguros de
que, abierta de nuevo una franca discusion, se
conseguirá el remedio. Bajo un gobierno despótico,
sólo la violencia V la revolucion pueden
corregir los males: bajo el gobierno libre, los
errores se corrigen por medio de la discusion.
De aqu í resulta, que el gobierno libre es el
más pacífico, ordenado y permanente.
Pero el gobierno libre es penoso para los individuos,
porque impone á cada uno el deber
de desempeñar funciones públicas, á cuyo
efecto deben consagrar una parte de su tiempo
V una atencion inteligente. A medida que
el pueblo dedique mayor tiempo V más atencion
á los asuntos públicos, el gobierno será
más justa V honradamente administrado. Un
grande egoismo, que conduzca á los hombres
al abandono de sus deberes públicos V poi íticos,
V á consagrar todo su tiempo V todas sus
fuerzas á sus propios negocios V placeres, es
un vicio peligroso V funesto para los ciudadanos
de una república.