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190 REVISTA DE ADMINISTRACION PUBLICA
Pero estos planes se opon ían a los de los
líderes bonapartistas, quienes estaban muy
deseosos de cooptar nuevos elementos, pero
no de limitar su campo de acción y mucho
menos de renunciar a su poder. Bajo estas
condiciones era inevitable una confrontación
entre el PLC y los líderes bonapartistas. A
la pretensión del PLC de imponer un programa
sobre el gobierno de Obregón, se respondió
que el gobierno no podía ser limitado por un
partido ya que era el gobierno de todos los
ciudadanos.
El PLC reaccionó a la posición tomada por
el presidente condenando en el Congreso la
poi ítica laboral del gobierno, sujetando la
asignación del presupuesto al control del
mismo y crando una comisión investigadora
para vigilar las condiciones exactas en que
Carranza perdió la vida.
En esta situación, los líderes bonapartistas
se vieron obligados a movilizar los medios a su
disposición a fin de controlar al Congreso. Al
mismo tiempo, como todos los diputados "revolucionarios"
se unificaron para apoyar al
Ejecutivo, grupos de trabajadores de la CROM
invadieron el edificio del Congreso para demostrar
su descontento por la manera tan
lenta en que estaban llevándose a cabo las
medidas revolucionarias. Algunos de los
diputados del PLC fueron intimidados y otros
comprados.
En unas cuantas semanas la mayoría del
PLC había desaparecido y con ella el partido
mismo comenzó a extinguirse también, una vez
que sus representantes hubieron comprendido
que no había futuro poi ítico para ellos si se
opon ían a los líderes bonapartistas, y se acomodaron
en otros partidos. 60
Otro problema crucial que el bonapartismo
tuvo que afrontar fue seleccionar candidatos
que habrían de recibir el apoyo oficial en las
elecciones para varios cargos. Como no ten ían
suficientes elementos al principio para llenar
todos los puestos, los bonapartistas acosturn
braban patrocinar personalidades bien conocidas
y miembros de los distintos partidos,
que también era una manera de cooptarlos
a su sistema de dominación. Pero muchas
de estas personalidades no quisieron entender
este patrocinio como una concesión bonapartista
y trataron de defenderla como su derecho.
En cualquier caso, los bonapartistas
siempre se las arreglaron para imponer su
voluntad, aunque en algunas ocasiones esto
no fue sin causarles serias crisis.
La crisis más seria ocumo durante la
elección del gobernador del estado de San
Luis Potosí, en 1923. Jorge Prieto Laurens,
presidente del Partido Cooperatista, que se
habia convertido en el partido mayoritario
en el Congreso después de la caída del PLC,
se negó a aceptar la decisión de Obregón de
nombrarse gobernador él mismo, dados los
resultados indecisos de la elección, mismos
que Prieto Laurens insistía habían sido en
su favor. Prieto Laurens trató de apoderarse
del edificio del gobierno del estado, por lo
60 "Triunfó Obregón y el PLC obtuvo preponderancia absoluta
en el Congreso y fue el partido más influyente. Pudo
contar entre sus adeptos... una mayoría de diputados V
senadores; algunos ministros, como el Lic. Rafael Zubarán
Capmany y el general Antonio 1. Villareal; varios gobernadores
como el general Manuel García Vigil y el Dr.
Rafael Aparigo; no pocos jefes mili tares V muchos funcionarios
del poder judicial, entre ellos el Procurador General
de la Nación, Lic. Eduardo Nert. Tuvo además el PLC en
sus manos el rico Ayuntamiento de la Ciudad de México
y casi todos los del Distrito Federal durante el año de
1922". Fuentes Dial, V. Op. cit.. p. 203.