xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

38 REVISTA DE ADMINISTRACIDN PUBLICA
Otra separación muy indicada es la establecida
en favor de los jóvenes. La cárcel destinada
á los jóvenes debe tener bajo su aspecto
penal una consideracion muy distinta de la
que se consigna á los hombres. La de estos últimos
tiene por objeto en primer lugar castigarlos,
en segundo lugar corregirlos; la de los
jóvenes tiene por objeto primordial el educarlos
y corregirlos, al mismo tiempo que les impone
el castigo á que se han hecho acreedores.
No debe pues la cárcel destinada á los jóvenes
imprimir en ellos ese sello de ignominia, que
es inevitable en las otras, sino que mas bien
debe considerársele como casa de refugio,
como escuela de instruccion para aquellos
desgraciados á quienes la sociedad por descuido
no se las dió, No hace muchos años lasociedad
encargada del arreglo del sistema carcelario
estableció en esta corte y en la cárcel del Saladero
un modelo de prision para los jóvenes.
La edad que debe fijarse para la c1asificacion
de jóvenes y adultos es la de 16 á 18 años, que
es el término que separa la juventud de la
edad viri1.
Hechas estas divisiones, y refiriéndonos á
las cárceles destinadas á los que han sido acusados
de un delito, el objeto que la administracion
debe proponerse es evitar que estas
personas se escapen de la prisión mientras
dura la causa, y que se perviertan estando en
contacto con otros criminales. A la seguridad
contribuyen dos cosas, que son la construccion
material del edificio y la disciplina interior. A
la antigua preocupacion de que solo se podia
guardar á los presos con grillos y candados, ha
sustituido hoy la conviccion de que se pueden
custodiar muchos presos en una cárcel, sin el
uso de prisiones incómodas y muchas veces
aun sin esos medios exteriores de candados y
cerrojos. La disciplina interior de las cárceles
es el elemento mas poderoso para la seguridad
de los presos; por eso en Francia los presidiarios
están en grandes patios que en vez de verjas
de hierro las tienen de madera, porque all í
la vigilancia y la fuerza de la administracion
suplen los hierros y los cerrojos.
Tres medios puede adoptar la administracion
respecto a las personas detenidas para hacer
menores los perjuicios que pueden seguirse á
la sociedad de mezclarlas con los criminales.
Uno consiste en clasificar á los presos segun
la naturaleza de su delito; otro en separarlos
completamente á todas horas; y el otro, que
es un término medio, en separarlos de noche
y en la mayor parte del dia, pero reunidos por
medio de ciertas clasificaciones en las horas
que se les permite bajar al patio de la cárcel.
Todos estos sistemas encuentran dificultades
en la teoría y en la práctica y producen graves
inconvenientes. Así no encontramos mas que
un medio que recomendamos como el mas
acertado y el mas seguro, y es el de establecer
celdas separadas para cada uno de los detenidos,
y si no puede conseguirse esto, tenerlos
reunidos bajo la regla del silencio absoluto.
No puede ser objeto de este tratado el exámen
minucioso de los sistemas carcelarios, y
por lo tanto nos limitaremos á decir que todos
los sistemas que hasta el dia se han presentado
se encierran en cuatro principios generales. El
primer sistema tiene por objeto reformar las
cárceles obligando á los presos al trabajo y
proporcionándoles la conveniente instruccion
moral y religiosa. El 20. consiste en sustituir
á las penas ordinarias de presidio, deportacion,
etc., la prision en celdas separadas de noche y
de dia, sin conceder á los presos la facultad de.
ocuparse en el trabajo. El 30. consiste en imponer
por pena á los delincuentes la prision de