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nanza indica las precauciones que se han de
tomar para evitar cualquier género de abusos
al hacer las cortas. Además fija otras que llama
de policía, precauciones útiles sin duda,
pero que no bastan para evitar que los montes
sean talados y robados con frecuencia. La 1a.
precaucion es prohibir el establecimiento de
hornos de teja ó cal dentro de mi1 varas de distancia
de los 1ímites del bosque; la 2a. el de
chozas ó barracas dentro de las mismas mil
varas de distancia; la 3a. prohibiendo que se
establezcan casas y edificios para vivir dentro
de 500 varas, y la 4a. que nadie pueda establecer
sierra de madera á distancia de 2,000 varas.
La legislacion de montes contiene disposiciones
penales para evitar las talas y los robos.
Los guardas tienen facultad para impedir que
entren en los montes ganados, y si entran basta
su testimonio, á falta de prueba, para que
el infractor sea castigado. Cuando la pena no
pasa de 45 reales con costas, puede ser impuesta
por el alcalde; pero pasando de esta
cantidad, debe remitirse la causa al juez de la.
instancia.
Los montes Ó bosques que pertenecen á las
municipalidades ó provincias están á cargo de
los ayuntamientos y diputaciones provinciales.
Siempre que un ayuntamiento quiere hacer
una corta en los árboles debe formar su expediente
y llevarlo á la aprobacion de la diputacion,
la cual lo informa y lo pasa al gobemadar
para que este con su dictámen lo remita
al gobierno. Si el gobernador y la diputacion
creen conveniente tomar estas medidas, lo hacen
presente al ministro de Fomento, y este
dispone la corta de los árboles que se solicita.
Tambien debe estar precavida la adrninistracion
para que no se trasformen los montes
y bosques en tierras de labranza. Cuando esto
REVISTA DE AOMINISTRACION PUBLICA
se pretende, debe el ayuntamiento tomar informes
sobre la calidad del terreno del bosque,
si será mejor para cereales ú otra clase de cultivo
que para plantío de árboles, si habrá en
las inmediaciones algun sitio donde plantar
otro bosque de mayor ó menor número de
árboles, y por último si es de absoluta necesidad,
6 al menos de grande conveniencia, la
conversion de estos bosques en tierras de labor.
A estos cuidados se agrega para la administracion
el de procurar que los montes comunes
sean repoblados de los árboles que el tiempo
y otras causas destruyen. Para esto ha prevenido
que los ayuntamientos obliguen á los
vecinos á plantar los árboles que crean conveniente,
que prohiban la entrada del ganado
por espacio de seis años, tiempo suficiente
para el crecimiento de los árboles, y dispongan
las cortas necesarias para su conservacion.
Para proteger á los plantadores de árboles les
concede la ordenanza el privilegio de incluir
sus bosques en la legislacion de los bosques
del Estado.
XVIII
DE LA CAZA Y PESCA
En los capítulos anteriores nos hemos ocupado
de la agricultura en general y de los ramos
importantes que tienen con ella relacion, las
aguas y los montes. Otro de los ramos que generalmente
se cuentan entre los de la agricultura,
es el de la caza y pesca.
La caza es una industria mas ó menos necesaria
segun el estado en que se encuentra la
sociedad. En la caza libraban los pueblos bár-