xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

CHARLES NOROHOFF LA CIENCIA ADMINISTRATIVA AL ALCANCE DE LOS JOVENES 113
La vida de las fábricas, ofreciendo pocas esperanzas
de propiedad y la más lejana oportunidad
de independencia, bienes de que tanto
gusta un pueblo emprendedor é inteligente,
hace nacer y estimula la necesidad de las emigraciones
á remotas tierras de la gente honrada
y económica, dejando á las ciudades convertirse
en focos de corrupcion y de vicios y haciendo
aparecer, al lado de una repugnante
miseria general, pocos, pero cuantiosos capitales
que refinan el lujo y el egoismo de sus
propietari os.
Los manufactureros, para llenar los huecos
que deja la gente que emigra, llaman sistemáticamente
á extranjeros que de ordinario son
de un grado más bajo de inteligencia y de moralidad,
lo que produce el resultado de una
degradacion creciente en el carácter del pueblo,
la corrupcion en la poi ítica y el aumento
del vicio, del crimen y de la ignorancia.
Podrian citarse muchos ejemplos que demuestran
que la proteccion á la industria nacional
no favorece más que á unos cuantos
ricos; que impide el perfeccionamiento de las
máquinas: que paraliza el espíritu de progreso,
y que hace á los trabajadores por salarios más
pobres que ántes.
Podemos resumir lo dicho, en los siguientes
términos: primero, la proteccion retira el capital
de numerosas y diversas fuentes naturalmente
productivas para llevarlo á unas cuantas
que producen poco, lo que es un verdadero
mal para el pueblo, porque refrena su ingenio
y su espíritu de empresa; segundo, desvia el
trabajo en la misma medida, porque el trabajo
sigue al capital y coloca siempre al trabajador
en una situacion más dependiente y precaria;
tercero, causa la pérdida del capital, lo
que es un mal serio para el país, porque el
capital se forma de la riqueza acumulada y es
uno de los instrumentos más importantes para
el mayor aumento de la riqueza pública, y
cuarto, finalmente, es uno de los medios de
desconcertar la industria, retirando de su empleo
repentinamente gran número de hombres.
Todo esto, de la manera más costosa y
perjudicial, por medio de contribuciones que
pesan sobre todo el país.
Confío en que comprenderás claramente
que todos los obstáculos al cambio de los productos
son perjudiciales, y que si Dios nos
estimula y alienta á emplear todo nuestro ingenio
en disminuir y vencer aquellos obstáculos
naturales que El nos ha puesto en la tierra,
es una solemne locura nuestra, crearnos además
obstáculos artificiales. Al proceder así,
aniquilamos el capital ó riqueza acumulados
y exponemos á la parte trabajadora de nuestra
poblacion á indebidos azares, pérdidas y sufrimientos.
La proteccion conduce al capital y al trabajo
á empresas que no son por sí mismas provechosas
(si lo fueran no necesitarian ser protegidas):
de aqu í la pérdida de la riqueza, la
disminucion de la suma total de econom ías
acumuladas en una nacion. Hemos visto en el
capítulo de la propiedad, que cada pérdida de
capital es un perjuicio, primeramente para los
que trabajan por salario y en segundo lugar
para todo el país.
Además, la proteccion, al ofrecer una prima
especial á pocas industrias, en que poco se benefician
los trabajadores, expone á esas mismas
industrias á un exceso de produccion,
causando crísis mercantiles, la paralizacion del
comercio y pérdidas generales, con especial