xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

F. DE PAULA MADRAZO MANUAL DE ADMINISTRACION 1111 23
tener iguales atribuciones. El antiguo procurador
síndico, representacion del elemento
popular en el municipio, cuando este se como
pon ía de regidores perpetuos, es hoy una figura
innecesaria en el cuadro de las municipalidades.
Faltando el orígen y la causa que dió motivo
á la creacion de este oficio, parece lo mas
conveniente hacer á todos los individuos del
cuerpo municipal iguales en categoría, distribuyendo
entre todos las atribuciones que antes
ejercia el procurador. De esta manera también
se conserva íntegra la responsabilidad del al·
calde, y no se despoja á la administracion
activa del carácter de unidad que es tan neo
cesario.
La administracion municipal, aunque sencilla
en sus bases, está encargada de la ejecucion
de una porcion de leyes y tiene que despachar
multitud de negocios que no puede llevar á
cabo sin brazos auxiliares que le sirvan de apoyo.
Hay además en todo ayuntamiento infinidad
de antecedentes y de comunicaciones
oficiales de que no pueden estar enteradas las
personas que entran de nuevo á componer la
municipalidad. Es pues necesario que haya un
empleado que sin tener el carácter de representacion
de los ayuntamientos, les sirva como
de instrumento para enterarse de las leyes y
órdenes vigentes en cada uno de los ramos que
están á su cuidado, y para darles noticia así
de las instrucciones que hayan recibido como
de los acuerdos de los ayuntamientos anteriores.
Este funcionario es el secretario de ayuntamiento.
Reunido ya el ayuntamiento, se presenta la
cuestion de si sus sesiones deben ser públicas
ó secretas. Nosotros, sin excluir el principio
de publicidad que admitimos como una garantía
cuando tienen que resolver cuestiones de
interés privado, como quintas, contribuciones,
etc., creemos que en la generalidad de los casos
la discusion pública seria muy embarazosa
para la mayor parte de los negocios que tienen
que resolver los ayuntamientos, desnaturalizaría
su carácter administrativo y contribuiria
á convertirlas en corporaciones poi íticas.
La cuestion de si el gobierno central debe
tener ó no la facultad de suspender ó disolver
los ayuntamientos cuando falten á sus deberes,
es otra de las mas importantes que se debaten
en el campo de la ciencia. El derecho de pro,
pia conservacion que tiene la sociedad, la ley
de la necesidad que es superior á todas las
leyes, aconsejan muchas veces la adopcion de
esta medida, y es bien seguro que ninguna ley
municipal ajustada á los buenos principios
dejará de consignar este derecho absolutarnente
necesario á todo gobierno constituido. El
interés local no puede ser nunca superior al
general de la nacion. No diremos que no pueden
los gobiernos abusar de esta facultad, mas
para prevenir este abuso está la responsabilidad
ministerial. Conformes todos los publicistas
en esta doctrina, han presentado diferentes
modos de resolver el problema que ella envuelve.
Todas estas soluciones ofrecen en la
práctica dificultades y embarazos, siendo en
nuestra opinion el mas á propósito para vencerlas
el medio que propone Henrion Pausey
al hablar del poder municipal. Consiste este
en que el gobierno pueda suspender librernente
los ayuntamientos y disolverlos cuando lo
crea conveniente bajo su responsabilidad; pero
con la condicion de que si dentro de uno ó
dos meses señalados por la ley no son estos
ayuntamientos llevados ante los tribunales de
justicia, vuelvan á entrar en el ejercicio de sus
atribuciones. De este modo posee el gobierno
un medio de tener á raya las municipalidades