xx - Instituto Nacional de Administración Pública, AC

F DE PAULA MADRAZa MANUAL DE ADMINISTRACION 1111 19
60. Sobre la aceptacion de donativos, mano
das ó legados.
70. Sobre todos los demás asuntos, acerca
de los cuales las leyes conceden Ó concedieren
en adelante el derecho de deliberar á las diputaciones.
Estas deliberaciones solo se llevan á efecto
despues de aprobadas por el gobierno, ó por
los gobernadores respectivos.
Las diputaciones no pueden deliberar sobre
otros asuntos, ni hacer por sí ni prohijar, ni
dar curso á exposiciones sobre asuntos poi í·
ticos, ni publicar sin permiso del gobernador
las exposiciones que hicieren dentro del cfrculo
de sus atribuciones, como tampoco otro
papel alguno, sea de la clase que fuere.
Ninguna accion judicial se intenta contra
una provincia, sino á los dos meses de haberse
dado por el interesado conocimiento al qobernadar,
de la reclamacion y de los motivos en
que se funda. El gobernador representa en juicio
á la provincia; pero en el caso de que la
accion se intente contra el Estado, la diputa,
cion nombra uno de sus vocales para que la
siga en su nombre.
El gobernador forma el presupuesto anual
de la provincia. La diputacion lo discute y
vota, aumentándolo Ó disminuyéndolo, y lo
aprueba el rey. Los gastos que se incluyen en
el presupuesto se dividen en obligatorios y
voluntarios. El gobierno tiene la facultad de
reducir ó desechar cualquiera partida de gastos
voluntarios; pero solo puede hacer aumento
en los gastos obligatorios. Cuando para cubrir
estos no basta el producto de los ingresos, se
llena el déficit por medio de una derrama ó
aumentando proporcionalmente las contribuciones
directas.
Ninguna provincia puede contraer cornpréstites
sin estar expresamente autorizada por
una ley.
x
DE LA ADMINISTRACION LOCAL
Hemos dicho que la administracion puede
considerarse obrando dentro de dos círculos
distintos, que aunque tienen un mismo centro,
tienen distintos radios; uno que comprende la
administracion general del Estado, y el otro
las administraciones locales. Consignadas ya las
atribuciones de los ministros y las facultades
que ejercen bajo sus órdenes los diversos agentes
de la administracion en las provincias, parece
natural que bajemos al último extremo
de la escala administrativa, tratando de los
alcaldes y sus atribuciones. En el círculo de
las administraciones locales se hallan los ayuno
tamientos y naturalmente al ocuparnos ahora
de estas corporaciones hablaremos de los alcaldes
y examinaremos sus funciones.
La materia que va á ser objeto de este capitulo
es muy importante por su naturaleza y
mas importante todavía por el carácter que
le han dado nuestras divisiones poi íticas. La
frase poder municipal asusta á unos y entusiasma
á otros. En nuestra opinion ese poder
municipal no es propiamente un poder del
Estado, pero al mismo tiempo debe entrar á
formar parte de él. Por poder municipal entendemos
nosotros aquellas atribuciones que
corresponden á estas corporaciones populares