13.07.2015 Views

EI46J6

EI46J6

EI46J6

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

MATERIALES PARA UNA NUEVA AGENDAViolencias: visibilidades y mediosPensar la visibilidad en y desde Colombia significa pensar este país como el laboratoriosociocultural en que lo ha convertido el entrecruce de los tráficos globalizados denarcóticos, de armas y de “blancas”, con los irresueltos conflictos de su formaciónnacional. Pues Colombia no es el país más violento del mundo —como acostumbrana llamarlo las agencias trasnacionales de información— sino el país en el que másvisiblemente se entrecruzan las violencias y miedos del fin del segundo milenio conlos del primero. Con su cínica expresividad, J. Baudrillard (1993: 21) ha descritouna situación que caracteriza especialmente a la colombiana, al afirmar: “Nadade lo que se creía superado por la historia ha desaparecido realmente, todo estáahí dispuesto a resurgir, todas la formas arcaicas, anacrónicas, como los virus enlo más hondo de un cuerpo; la historia sólo se ha desprendido del tiempo cíclicopara caer en el orden de lo reciclable.” Que es la operación asumida por los milesde imágenes que se alimentan comercialmente de la violencia en su incapacidadde hacer tejer un mínimo de relato y de historia para nuestras violencias. Claro quepara eso necesitaríamos no sólo de otra televisión que la modelada y moldeadapor el mercado sino una investigación social capaz de tomar en serio, y ayudara comprender, aquella perturbación interior que entrelaza las antiguas violencias alos miedos actuales. Perturbación que tiene una de sus figuras más extremas en laparadoja sobre la que se funda la visibilidad hoy: todo hacerse visible es al mismotiempo un tornarse vulnerable a la vigilancia acosante del poder, sin que esto últimosignifique el aplastamiento de los dispositivos de reconocimiento socioculturaly aun de subversión política que movilizan la visibilidad, sí viene a perturbar eloptimismo esteticista de no poca innovación meramente formal.Enfrentando el esencialismo que subyace a la idea de que la peculiaridad de laviolencia en Colombia reside en la precariedad del Estado, y ésta a la ausencia queel país sufre de un fuerte mito fundacional —ausencia debida al tamaño, diversidady aislamiento de las comunidades indígenas en el territorio—. El colombianistafrancés Daniel Pecaut (2001) ha afirmado: “Lo que le falta a Colombia más queun mito fundacional es un relato nacional”. Se trata de un relato que posibilite a loscolombianos de todas las clases, razas, etnias y regiones, ubicar sus experienciascotidianas en una mínima trama compartida de duelos y de logros. Un relato quedeje de colocar las violencias en la subhistoria de las catástrofes naturales, la de loscataclismos, o los puros revanchismos de facciones movidas por intereses irreconciliables,y empiece a tejer una memoria común, que como toda memoria social ycultural será siempre una memoria conflictiva pero anudadora.Hoy día la ausencia de un relato nacional incluyente se expresa en una imagende Colombia que resulta tan expresiva como estremecedora: la de un país atrapadoentre el “blablabla” de los políticos y el silencio de los guerreros. Pocas imágenestan certeras de la complicidad y correspondencia entre las dos trampas que entraña124

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!