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FLORENTINO VENCE AL DIABLO: PERFORMANCE POPULARcontra una diminuta figura del diablo que tiene cuernos de fiesta y viste un traje deporrista con las iniciales del partido de oposición (cd), mientras agita una banderade los Estados Unidos. Junto con esa bandera, aparece además otra bandera quereemplaza los globos de diálogo típicos en las tiras cómicas, en los que aparece lapregunta “¿ZI?”, con la que el diablo aparentemente reivindica la revocación delmandato de Chávez, y a la vez insinúa una postura colonialista, toda vez que la“Z” sustituye la “S” y hace referencia al ceceo español.En julio de 2004 el cartel había sido distribuido por internet como parte deuna crítica en contra de Chávez. De acuerdo con un blog 22 se indicaba que Chávez,o más concretamente la campaña, bajo la figura del diablo, imitaba el modo dehablar de los homosexuales y ofrecía, en la figura de Florentino, una evidente yenfatizada encarnación masculina que recuerda algunos rasgos del mismo Chávez.Para este blog la imagen masculina de Chávez, frente a la imagen feminizada dela oposición, representaba un claro ejemplo de una postura intolerante e inclusopeligrosa, propia de una política cultura de persecución de lo queer.De hecho, la imagen se parece a una imagen del libro de estampas deSantiago el Matamoros: la figura del apóstol y del Santo/Estado patriarcal quecabalgando sobre un caballo blanco carga contra un sujeto disminuido y diabólico(imagen 4). Pero, ¿no se suponía que éste era el mismo escenario del humildeFlorentino? En la historia contada por Arvelo Torrealba, el joven Florentinosólo blande su voz defendiéndose contra una fuerza aterradora y nefasta y venceen virtud de su humildad y talento autóctono. ¿Pero en el cartel de la campaña,Florentino ha ido demasiado lejos? ¿Cómo puede caber el escenario colonialdel Matamoros (y mataindios) dentro del marco de una campaña que aparentementebuscaba erradicar el legado colonial de injusticia social y económica? Sinentrar a discutir a fondo la posible persecución queer ni el espíritu machista quese develaría en el cartel, es claro que provoca una serie de preguntas acerca delos límites del escenario colonial de dominio, los modelos de la liberación y elbrío del Estado revolucionario y popular venezolano. La inversión, representadaentre los papeles coloniales de vencedores y vencidos, expresa lo que algunos críticosconsideran como el verdadero papel de la revolución, a saber, la expulsiónde la disidencia.En el escenario de dominio colonial que vemos en el cartel, el santoconquistador/caballero mata a una forma abyecta, con el fin de expulsar de laIglesia/Estado los elementos no deseados. Éstos son, como Diana Taylor (2003:31) escribe, “estructuras formuladas que hacen referencia a los repertorios culturalesespecíficos de imaginación”. Sin embargo, al examinar más detenidamenteel cartel, vemos que la personificación de Chávez es muy diferente a la del caballerocolonial que pisotea el dragón/moros/indios. La persona que monta sobreel caballo se parece poco al conquistador típico; el dedo del pie al descubierto22422 http://daniel-venezuela.blogspot.com/2004/07/homophobia-and-chavismo-check-one-more.html

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