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LOS SUBTEXTOS DE LA MESIANICIDAD. EL PODER CONSTITUYENTE DEL EVISMOpor la cultura popular con la elección de Barack Obama, de quien se dijo era la“esperanza” misma).En los ocho años que duró el gobierno de George W. Bush, fueron democráticamenteelegidos alrededor de diez gobiernos de centroizquierda en AméricaLatina, los mismos que, desafiando directamente las metas ofrecidas por el llamadoConsenso de Washington y el neoliberalismo —ya que ambos temas conllevan unelemento de mesianicidad porque tienen al mercado cual arrivant(e)— proveníande otro momento apocalíptico, aquel de 1989, cuando se canta al derrumbe demuros que Francis Fukuyama llamó “El fin de la historia y el último hombre”. 1En referencia al colapso del mercado de 2008, otro momento apocalíptico,George Soros (2008: 63) dijo que: “Para entender lo que pasó y qué es lo que hayque hacer para evitar tal crisis catastrófica en el futuro se requerirá una nueva manerade pensar acerca de cómo funcionan los mercados”, pero el mercado, en sumejor momento, retratado cual mesías a deconstruirse, impuso un autoritarismoviolento para poder implementarse, tal como fue el caso de Pinochet en Chile entre1973-1987 —probablemente el primer caso de prueba neoliberal que, al implantarsea la fuerza, exilió a un millón y medio de personas, aquella vez más o menosentre el 10 y el 15% de la población nacional.Espectros de Marx, Amaru, KatariDespués del año 2000 los grandes cambios políticos en la vida de los puebloslatinomericanos fueron vistos como manifestaciones tangibles de su autoafirmaciónpor la vía del retorno de los espectros de Marx y el socialismo. Al entraren el espacio del imaginario de la mesianicidad, el presidente Hugo Chávez deVenezuela condujo un exorcismo en el proscenio de la Asamblea General de lasNaciones Unidas en Nueva York para espantar la presencia del diablo encarnadopor Bush y el olor a azufre (20 de septiembre de 2006). Lo mesiánico no podríaverse sin el giro apocalíptico que se reproduce en 9/11, el choque de civilizaciones,calentamiento del planeta, la crisis del presupuesto californiano, el financistaMadoff, retratado cual diablo (aunque recuerden que el diablo recibe libacionesde los mineros quechuaymaras en Bolivia y Perú), la caída de la Bolsa de Valoreso el meltdown de Wall Street en el 2008, las llamadas “pestes de fin del mundo”(Pennington, 2005: 39) y aun otras formas de apocalipsis mediático, tal como lasentiende Julia Ioffe (2009: 25), columnista de la revista The New Yorker.1881 “Sin embargo, este libro no es tan malo o cándido como uno podría estar influido a pensar debido a la frenética explotación que lo exhibe comola muestra ideológica más fina del capitalismo triunfante en una democracia liberal que ha llegado finalmente a la plenitud de sus ideales, sinode su realidad” (Derrida, 1994: 56-63). Habiendo recibido sustancial crítica, El choque de civilizaciones y la reconstrucción del nuevo orden, de SamuelHuntington (1996) constituye un ejemplo similar de la mesianicidad.

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