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LOS SUBTEXTOS DE LA MESIANICIDAD. EL PODER CONSTITUYENTE DEL EVISMOimago de un fermentado mesianismo que Hylton y Thomson (2007: 149) refierencomo “una memoria rescatada”. Sin embargo hay otra, de diferente raigambre,como es el fascismo que revuelve el discurso aúlico de la “pureza racial” o “lalimpieza de sangre”. Y tal como ocurre con la espectralidad de la mesianicidad,esa referencia al fascismo local tiene también su historia.Ya a más de un siglo, Elisabeth, la hermana de Nietzsche, trató de estableceruna “colonia de pureza racial” en Paraguay, pero, en un retortijón de lamodernidad, la naturaleza se impuso sobre Neu-Germania, la colonia racial, donde“lo alemán podría retenerse puro e inalterado” (Diethe, 2003: 79); pero —es undecir—, fue literalmente consumida por mosquitos (Diethe, 2003: 66-80; Peters,1977: 95-112). Interesantemente, la hermana de Nietzsche se había aposentado enmedio de la tierra guaraní Yvymarae (La Tierra sin Mal). La única diferencia es quelos patéticos sentimientos de la hermana de Nietzsche no pudieron destruir la distorsionadasobrevivencia de la mesianicidad nietzscheana guardada por aislados,y no tan ocultos, herederos de la presencia alemana en la región. Con el tiempo elfascismo, en este caso, puede ser visto como un evidente “desplazamiento paródico”,cruda versión e imagen que se centra en enaltecer la tortura, el castigo, lasevicia, el desmembramiento, además de reiterar el discurso racial de la “pureza”.Celebrando hechos pasados, en pasadas décadas en esa precisa región el fascismo,y entre emplazados racistas, continúa alimentando imaginarios de pureza teutona,xenofilia y dilusión que saltan a la escena de la historia de tiempo en tiempo. 4Finalmente, la mesianicidad, o el choque de mesianicidades, conformanlos transculturizados espacios de las Américas donde lo iedético continúa alimentandoel poder de transformar, rehacer, reconstituir un mundo alterno en elque cambios y expectativas confirman la espectralidad mesianicista. El fascismolunático desinfló su re-emergencia por sí mismo, rebasado por el rechazo nacionaly global, y en su desesperación empeoró y se descarriló hacia el solipsismo cambay el terrorismo. En la región andina la fuerza de las movilizaciones aymaras yquechuas emergieron uniendo además a la clase media (que tampoco tiene “rasgoseuropeos”) y solidificó la re-elección de Evo Morales en diciembre del 2009. Vistocomo un ciclo, el Pachakuti instala el dinamismo de la realpolitik en procesos sinfin de recomposición social. 5 El cuerpo político descabezado en el siglo xvi estáahora re/membrado (recordado, rearticulado) —y, a menudo, Evo Morales Ayma2004 El problema se remonta a 1935. Leo Spitzer en su libro Hotel Bolivia anota la activa presencia de Fritz Kübler, líder nazi y director del ColegioMariscal Braun de La Paz en ese año (Spitzer, 1998: 170). En el año 2008, la esvástica reapareció en Santa Cruz, Bolivia. En esta ocasión los naziscambas no vacilaron en flamearla públicamente al mismo tiempo que demandaban “la cabeza de Evo” (las amenazas fueron registradas en losdocumentales que menciono en este artículo y también en Cocalero (2007), de Alejandro Landes.5 La masiva Marcha de los Cuatro Suyus-Tawantinsuyu condujo a la elección de Alejandro Toledo como presidente del Perú en el año 2000. En elárea andina lo consideraron una “inca-rnación” del Inca. Los comuneros interpretaron su elección como el retorno del Inca Pachakuti, quien, antesde la Conquista fue el responsable de la expansión del Estado inca. Cuando le preguntaron sobre esta asociación de “tiempos” con la espectralidadmesiánica andina e investido ya como Inca, Toledo expresó que tenía la esperanza de que no lo decapitaran como a Atahuallpa. Sin embargo,colonizado por el neoliberalismo, sucumbió ante su propia duda identitaria y no pudo articular un proyecto alterno que inicialmente se gestabadándole la oportunidad de redefinir el Perú. La Marcha de los Cuatro Suyus constituía otro símbolo del re/membramiento que llegaba a Lima paradevenir un cuerpo político. El término Cuatro Suyus se relaciona con el nombre del estado inca Tawantinsuyu.

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