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EDUARDO ROSENZVAIGestá dispuesto a cualquier traición. Así como el político “colono” sabe que serátraicionado por ese adscrito, si acaso deja de inyectar recursos financieros a lapolítica colonial.El político “colono” no quiere competidores. Los movimientos socialesnecesitan toda vez más agrupaciones de carácter innovador y solidario. En elmercado “libremente colonial”, la política inherente es también una mercancía.Consecuentemente, un “buen” político destruye a cualquier talento de su propiopartido, antes que sea su competidor. Sin haber leído jamás a Tayllerand hacensuyo eso de “Desconfiar del primer impulso que es el moral”, o bien enseñando alos jóvenes diplomáticos en eso de que “La palabra ha sido concedida al hombrepara disimular su pensamiento”.Undécima hipótesis. La política colonial posmoderna es una escuela de corrupción,como ocurre en toda la historia colonial. Triturando voluntades, dignidades ycalidades deja, como ruinas en la subjetividad del resto, la indiferencia.El movimiento social recupera la pasión, actividad, el ser social del individuodesintegrado, el propio lenguaje del no, y la inteligencia colectiva en la creación deotro estado de cosas. Devuelve la unidad en pensamiento, palabra y acción.La indiferencia es la contrautopía propuesta por 1984 para las vastas multitudes.Duodécima hipótesis. Toda lucha anticolonial es penosa, larga, porque la ideacolonial —su razón de inevitabilidad— se halla instalada en las conciencias.El movimiento social está creando la lógica de otro pensamiento, de otravoluntad. Frente a la libertad de las mercancías, la libertad de la mismidad del ser.Una ecologización de los hombres de los cuchillos de vidrio. La contracara pobrede Hollywood dice que esto del cuchillo es una humorada. No sirve para comer yno sirve para matar. Sirve para asustar a los “colonos” asustados.Los movimientos sociales son el comienzo emocional de otra realidad.Es el subcomandante Marcos en Chiapas contando las penurias coloniales y suscontrarrestos indios mediante cuentos, mitos y epopeyas legendarias.Empezar por el susurro, seguir por el grito, concluir en la obra. El movimientosocial esclarece: Quieren hacer de nosotros monstruos o idiotas. El programaquimérico del colonialismo es un Gran Hermano que controle, mire, premiey —sobre todo— cree un Estatuto en cuya aceptación pertenecerás —y sólo untiempo— al habitáculo del circo, o quedarás invisible. Para entrar al modelo desociedad “circo”, es decir de gladiadores exterminándose hasta que viva uno solo,el premiado, aceptarás antes la regla número uno del Estatuto: ausencia de rebelión.Ausencia del no, es decir ausencia de sociedad histórica. En segundo lugar, ausenciadel gesto solidario.Desde las ruinas dejadas por la desintegración, con ladrillos viejos los movimientossociales y sus proyectos políticos construyen edificios nuevos. El Estatutocolonial, con ladrillos nuevos edifica el mismo edificio de siempre.Quieren hacer de nosotros idiotas.161

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