MEMORIAS DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA

¿filosofía o pensamiento mítico? 241
Para los efectos de lo que aquí intento mostrar, rescato lo que Clavijero
dice de sí mismo en la Quinta Disertación: De Pauw ha infamado
y menospreciado a las cuatro clases de hombres que existen en América,
a saber, 1. “los americanos propios, llamados vulgarmente indios”;
2. “los europeos, asiáticos y africanos” que se han establecido en aquellos
países; 3. “los hijos o descendientes de estos, llamados por los españoles
criollos, aunque tal nombre se da principalmente a los hijos o
descendientes de europeos, cuya sangre no se ha mezclado con las de los
americanos, asiáticos o africanos”; 4. “las razas mezcladas, llamadas por
los españoles castas”. 23 Así, Clavijero tomará la causa de “los americanos
propios”, en tanto que son “los más injuriados y más indefensos”; y añade:
“si al escribir esta disertación nos moviera alguna pasión o interés,
hubiéramos emprendido más bien la defensa de los criollos, como que
a más de ser mucho más fácil, debía interesarnos más”, pues nosotros,
dice, “somos nacidos de padres españoles y no tenemos ninguna afinidad
o consanguinidad con los indios, ni podemos esperar de su miseria
ninguna recompensa”. 24 La actitud de Clavijero es clara. Si defiende al
indio, ese hombre injuriado y calumniado en extremo, se ponen a salvo
las otras clases de hombres también injuriadas por De Pauw.
Por lo que toca al pensamiento nahuatl, Clavijero cita a De Pauw, para
quien las lenguas americanas no son aptas para expresar conceptos ni
metafísicos ni morales. Expondré, punto por punto, la tesis de Clavijero:
“Es verdad que los mexicanos no tenían voces para explicar los conceptos
de la materia, la sustancia, el accidente y semejantes”, pero es también
“cierto que ninguna lengua de Asia o de Europa tenía tales voces antes
de que los griegos comenzasen a adelgazar” (este es el término que utiliza),
a “abstraer sus ideas y crear nuevos términos para explicarlas”. 25 El
texto es sintomático; no solo revela las preocupaciones más hondas del
jesuita expulso, sino que pone en acto una verdad. Es cierto que ninguna
23 Clavijero, Disertaciones, p. 189.
24 Ibídem, p. 190.
25 Clavijero, Sexta Disertación, “6. La lengua mexicana”, p. 286.