MEMORIAS DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA

alfonso méndez plancarte, campeón de los sorJuanistas 283
enumerado a Urbano VIII, a san Ildefonso, a santa Gertrudis, a santa
Brígida, a “la monja de Ágreda” y a sor María la Antigua, “mentadas por
sus nombres en solo un párrafo de la Respuesta a Sor Filotea” (Crítica…
citada, pp. 64 ss.).
Luego, el solo Neptuno alegórico enumera otra legión de autores, que
van desde Apolonio de Rodas y Diógenes Laercio, hasta Tácito, Heráclito
y Demócrito. Parece que don Ermilo ni siquiera lo hojeó.
Y también se le escapan a don Ermilo otras series enteras de sabios
antiguos. Así, están ausentes de su Bibliografía Euclides, Galeno y “los
siete sabios de Grecia”; además de Alceo, Corina, Cornelio Galo y hasta
Julio César, en cuanto autor del De bello Gallico y del De bello civili.
¡Vamos! Abreu Gómez olvida citar hasta el Derecho Romano y el Canónico,
el Digesto, las Pandectas, los Concilios y “las Institutas” (Crítica
citada, pp. 65 ss.).
¿Qué más? Don Ermilo no se acuerda de citar ni al propio Don Quijote
que, con el “Clavileño”, trae sor Juana en el romance “Para aquel”.
Y no se dude de que, quien olvidaba datos tan fundamentales del Quijote,
habría estado dispuesto a participar en homenajes a Cervantes como
los que prepara nuestra Facultad para el cuarto centenario de la “novela
de las novelas”. A don Ermilo lo que menos le faltaba era el arrojo.
las consecuencias
Como síntesis, escribe don Alfonso: “Y así hemos reducido a su precisa
expresión (y que los luminosos espíritus de Fernández Ledesma y
de Gutiérrez Hermosillo perdonen la parodia) esta macabra ‘Galería de
fantasmas’ —que suponemos que el cineasta chileno Amenábar titularía
Los otros—, injerta en un clamoroso ‘Coro de ausencias’ ”.
Y aún creía Abreu Gómez haber trazado —fúlgida estela— “un método
para desarrollar los trabajos críticos” (p. 335). Pero observemos que
su ejemplo es por exclusión, como si dijera: “No vayan a hacer lo que yo
hice”.