MEMORIAS DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA

290 José G. moreno de alba
(hemos cantado, hemos venido…). Por tanto, puede decirse que hace siglos
que desapareció del español la forma habemos. No deja por ello de ser
particularmente interesante que los hablantes del español moderno hayan
recuperado, resucitado podría decirse, esa forma extinta (habemos)
para construir enunciados como los ya explicados (habemos varios que
no pensamos así), dejando la forma hemos para los tiempos compuestos,
donde no interviene la forma habemos. Algunos lingüistas explican el
concepto de pauta General como la totalidad de hábitos lingüísticos
de los hablantes de una lengua en un momento determinado. Podemos,
por tanto, decir que la forma habemos estuvo por una época dentro de la
pauta general de la lengua española; en seguida quedó fuera de esa pauta
por mucho tiempo y, recientemente, ha vuelto a entrar a ella, con una
función muy particular. 4
Es necesario empero aclarar que el sintagma nominal que acompaña
al verbo haber, con valor existencial, presenta características funcionales
que lo hacen diferente de los demás objetos directos de otros verbos
transitivos. Fernández y Táboas (1999, 1754 y ss.), a quienes sigo en este
punto, exponen, entre otros, los siguientes argumentos: 1) esas estructuras
no pasivizan como las transitivas en general: es agramatical la construcción
*árboles grandes son habidos en este bosque; 2) el haber impersonal
solo admite argumentos indefinidos: *hay el libro (por hay un libro);
3) al argumento de persona de haber, en estos casos, no precede nunca
la preposición a: *en esa casa hay a tres individuos; 4) la significación de
haber está ligada por lo general a una localización. A ello se debe que a
una pregunta como ¿cuántos alumnos había en el aula?, pueda responderse
Solo estaban Juan y Pedro. 5 Puede proponerse, por tanto, que el locativo
funciona en estos casos como sujeto lógico, dado que de él se está predicando
la existencia de algo.
4 “En la primera persona del plural, además, aparece la forma regular habemos y no la irregular
hemos” (Fernández y Táboas, 1999, 1758).
5 “[…] en muchas lenguas aparece sistemáticamente un elemento locativo con los verbos
existenciales […]: a) There is a man in the room. b) C’e un uomo nella stanza. c) Il y a un homme
dans la chambre. d) Hay un hombre en la habitación” (Fernández y Táboas, 1999, 1756).