MEMORIAS DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA

DON ALFONSO MÉNDEZ PLANCARTE,
CAMPEÓN DE LOS SORJUANISTAS *
Tarsicio herrera zapién
Don Alfonso había perdido el habla normal hacia sus 30 años, por cierta
extraña afección nerviosa. Antonio Gómez Robledo refiere que en 1937
le sobrevino, si no una afonía, sí una afasia: no perdió la voz, pero sí la
soltura del habla. Ello se debió —decían sus amigos— al esfuerzo extenuante
que puso como profesor, en su cátedra de Teología, para declarar
en conceptos precisos lo que es últimamente inefable. “En la explicación
de la Palabra Increada se le quebró la voz propia”, comentó Gómez Robledo.
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Sus alumnos levíticos a veces no lo entendían. A uno le dijo:
—Te he estado miando todo el año domido como un lioncito, y te voy a cagar
la mano en el examen.
de la lenGua a la pluma
Desde entonces se concentró en el trabajo de escritorio. Quedó crucificado
a su pluma, como de sí mismo decía Lacordaire. Y en él logró
faenas impresionantes.
Así, publicó los tres tomos de sus fundamentales Poetas novohispanos,
unam, Siglo xvi, 1942; Siglo xvii, 1943; Siglo xviii, 1945.
Su obra cumbre fueron sin duda las Obras completas de sor Juana Inés
de la Cruz, tomo I, 1951; tomo II, 1952; tomo III, 1953; y el IV —póstumo—
a cargo de Alberto G. Salceda, 1957.
* Leído en la sesión ordinaria celebrada el 24 de febrero de 2005.
1 Semblanzas de académicos, México, Academia Mexicana, 1975, p. 172.
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