MEMORIAS DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA

alfonso méndez plancarte, campeón de los sorJuanistas 275
Leal, quien había escrito que la personalidad de Díaz Mirón era “la del
hombre, la del macho”, recordando la estrofa favorita de los bebedores:
Confórmate, mujer: Hemos venido
a este valle de lágrimas que abate,
tú, como la paloma, para el nido
y yo, como el león, para el combate.
En cambio, Méndez Plancarte sostiene esta tesis original: “en la estricta
delimitación de Artífice genial del Verso y del Verbo, suya es —por
sobre todos— la suma cúspide” (p. 31).
El capítulo de las influencias en Díaz Mirón es tan caudaloso en Méndez
Plancarte, que la genialidad del crítico surge en cada literatura que cita.
Solo de Grecia y de Roma descubre derivaciones en la poesía de Díaz
Mirón, a partir de Tirteo, de Esquilo, de Homero, de Píndaro, de Virgilio,
de Horacio, de Ovidio, de Tibulo, de Suetonio y de Tácito.
Veamos un par de ejemplos de Díaz Mirón ante Horacio.
El Venusino canta:
Y Salvador lo imita:
Feriuntque summos
fulgura montes
[Y hieren a excelsos
montes los rayos (Oda II, 10).]
El rayo que fulmina
todo lo que se empina (A Victor Hugo).
Luego, Horacio canta en su Carmen saeculare:
Siderum regina bicornis audi,
Luna, puellas.