MEMORIAS DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA

antonio Gómez robledo y la filosofía novohispana 373
conclusión
Como se ve, don Antonio Gómez Robledo fue un benemérito de la investigación
novohispanista. Realizó muchos estudios en ese campo, y
promovió su investigación, suscitando numerosos investigadores que,
alentados y ayudados por él, elaboraron tesis y después se dedicaron de
manera más expresa a ese ámbito de la investigación filosófica en México.
Participó en grupos de investigadores, y formó nuevos investigadores,
lo cual es igualmente importante y meritorio.
De manera individual, él realizó traducciones, compiló antologías, escribió
monografías, redactó artículos, dio clases sobre el tema, y con todo
ello viene a ser uno de los que más han impulsado nuestros estudios. En
todos estos productos se ve la calidad del investigador experimentado,
que de una manera señera domina los métodos y las técnicas de la investigación,
pero que, además y sobre todo, tiene una virtus investigativa
arraigada profundamente en su propio ser.
Quiero terminar mi exposición con un recuerdo personal. En 1984
don Antonio llegó a verme a mi cubículo del Instituto de Investigaciones
Filosóficas, y me dijo: “Vengo a trabajar con usted”, es decir, en el
grupo que estábamos formando en Filosóficas, con Walter Redmond,
Alejandro Herrera y Laura Benítez. Yo le dije que tenía que lograr que
el director del Instituto lo contratara. “Traigo una orden del rector”, me
dijo sencillamente. Se me olvidaba que era un patriarca de la Academia
Mexicana, que ya había sido embajador en Italia y en Grecia, y que contaba
con numerosísimas distinciones. Lo recuerdo, a la distancia, con
singular aprecio.