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su historia y sus consecuencias - Unesco

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LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL RÍO DE LA PLATA: SU HISTORIA Y SUS CONSECUENCIAS<br />

trasfondo espiritual ancestral. Sobre estas prácticas “salvajes” encabezadas por personas “elegidas”<br />

no han quedado datos fidedignos, pero no es tan difícil inferir —en lo genérico— en<br />

qué consistían estas ceremonias. Estaban basadas en los tambores, construidos con barricas<br />

de yerba, enlonjados con cueros vacunos o caballar, tensados con tientos de los mismos<br />

cueros y otros hechos con troncos ahuecados, enlonjados de manera similar.<br />

El culto a la serpiente<br />

“El culto de la serpiente se asocia frecuentemente con el agua, los ríos y el mar. La serpiente, el<br />

árbol y el agua <strong>su</strong>elen figurar juntos con los cultos, como en el Génesis.<br />

La serpiente sagrada es comúnmente la pitón, una especie no venenosa que tritura a <strong>su</strong> presa.<br />

Se la considera inmortal porque muda <strong>su</strong> piel, al igual que en el mito del Génesis donde pretende<br />

conocer el secreto de la inmortalidad.<br />

La serpiente es relacionada a menudo con los antepasados y con el mundo de los muertos. A<br />

veces posee el secreto del sexo.<br />

Los templos dedicados a las serpientes se encuentran a lo largo de la costa y río arriba. Hay templos<br />

célebres en Dahomey y en el delta del Níger. En esta última región, la serpiente aparece muchas veces en<br />

tallas con cabeza de hombre (...) Los dahomeyanos creen que las serpientes son antepasados encarnados.<br />

Las pitones, una vez amansadas, permanecen en los templos, pero si alguna escapa a la calle los hombres<br />

que la encuentran se inclinan ante ella, esparcen el polvo del camino sobre <strong>su</strong>s cabezas y la saludan con el<br />

respeto debido a un padre. Matar a una pitón es el mayor de los crímenes. Si se encuentra una pitón<br />

muerta se la envuelve en un lienzo blanco y se la sepulta como si se tratara de un ser humano. Muchos<br />

pueblos entierran a las serpientes de acuerdo con este ritual.” (Geoffrey Parrinder, “La religión africana<br />

tradicional”, Ediciones Lidiun, Buenos Aires, 1980, Ibíd., págs. 67-68)<br />

La serpiente interviene a veces en la <strong>historia</strong>. Los kono de Sierra Leona cuentan que Dios<br />

manda a los hombres nuevas pieles dentro de una caja. El perro, que debe llevar la caja, se<br />

retrasa y se la roba la serpiente, que desde entonces sabe cómo cambiar de piel y no muere<br />

nunca, a menos que alguien le dé muerte. La inmortalidad de la serpiente es una creencia<br />

común; algunas veces se la considera como una reencarnación de los antepasados. (Geoffrey<br />

Parrinder, “La religión africana tradicional”, Ediciones Lidiun, Buenos Aires, 1980, pág. 55)<br />

“Los africanistas brasileños han hecho grandes esfuerzos para intentar descubrir en <strong>su</strong> país el<br />

culto de la serpiente, que les parecía definir tanto el Vodú haitiano como el dahomeyano. Pero esta<br />

investigación se basaba sobre una interpretación equivocada.<br />

Sin duda, el Dahomey conoce el culto de la serpiente, pero es un culto localizado, que sólo<br />

existe en Uiddah; se trata en realidad del culto, muy particular del tótem de la familia real de esta<br />

ciudad. Ha sido transportado de ahí a Haití, pero únicamente entre los esclavos procedentes de<br />

Uiddah; no es pues característico del Vodú haitiano. También es cierto que en el Dahomey, la serpiente<br />

es el símbolo del Dan, es decir, de la energía cósmica que circula por toda la naturaleza, pero la<br />

serpiente no es objeto de un culto especial.”<br />

Los mismos africanistas “han descubierto, en una secta bantú, una caja conteniendo una culebra;<br />

pero es evidente que esto no es otra cosa sino la conservación de un rasgo cultural bantú (entre los<br />

Oscar Montaño<br />

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