su historia y sus consecuencias - Unesco
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UNESCO<br />
No es de extrañar, por lo tanto, que al establecerse las primeras colonias europeas en<br />
América se hayan creado mercados para esclavos. Este hecho, que en Europa hubiera sido banal,<br />
en América, donde la esclavitud era prácticamente desconocida, dio lugar al desencadenamiento<br />
de procesos totalmente nuevos para el continente. Algunos grupos nativos dominantes<br />
que ya conocían cierto tipo de relaciones de dependencia personal, en general como consecuencia<br />
de las victorias guerreras, aumentaron considerablemente el número de cautivos, ahora con<br />
el fin de venderlos o pagar tributos a los “conquistadores” recién llegados.<br />
Así aparecieron sistemas de captura y comercialización de esclavos en varios lugares de<br />
América del Norte, entre los guaraní del pie de monte andino (chiriguanos izoceños), cerca de la<br />
actual ciudad de Santa Cruz, Bolivia, que capturaban esclavos entre los chané, entre los kadijeu<br />
de Mato Grosso que esclavizaron a los terena, y en otros lugares.<br />
Es sabido que el mal llamado “descubrimiento” de América tuvo que ver con la búsqueda<br />
de un camino comercial al Asia <strong>su</strong>roriental, frente a la obstrucción de las vías tradicionales del<br />
Medio Oriente que en ese momento habían caído bajo dominio turco. La cultura medieval de<br />
la época había generado una mitología de grandes riquezas en países lejanos, de viajeros o<br />
caballeros que tras innumerables aventuras lograban conquistar fortunas y poder. Españoles y<br />
portugueses llegaron a este continente, para ellos desconocido, buscando especias y oro, pero la<br />
motivación principal de <strong>su</strong> conquista pasó a ser el cultivo de la caña de azúcar.<br />
La caña de azúcar fue domesticada en la India, llegó a la penín<strong>su</strong>la ibérica en el siglo XII,<br />
y fue introducida en las islas de Madeira y luego Santo Tomé durante el siglo XV por los<br />
portugueses. En estas islas se cultivó la caña intensivamente utilizando mano de obra esclava<br />
guanche proveniente de las Islas Canarias, recientemente ocupadas a sangre y fuego por los<br />
reyes castellanos, esclavos moros, mayormente prisioneros de las guerras de la “reconquista”<br />
española, y africanos traídos de las costas de Guinea. Los mayores rendimientos se lograron en<br />
Madeira y Santo Tomé. Al terminar la década de 1450 el azúcar de Madeira se vendía en<br />
Londres. En 1493 había ochenta ingenios en la isla que producían dieciocho toneladas anuales.<br />
Las pingües ganancias obtenidas por la venta del azúcar en Europa permitieron a los<br />
portugueses y <strong>su</strong>s socios españoles financiar ulteriores expediciones, entre ellas las que habrían<br />
de culminar con la conquista del continente americano.<br />
En todas las colonias con <strong>su</strong>elos y climas adecuados, tanto españoles como portugueses<br />
establecieron plantaciones de caña de azúcar utilizando para ello la mano de obra esclava de los<br />
nativos que habitan estos países. Los españoles esclavizaron decenas de miles de taínos y caribes<br />
en las islas que controlaban (Haití, Cuba, Puerto Rico), en América Central y Paria, y los<br />
portugueses hicieron lo propio con poblaciones tupinikin, carijo, tupinambá, caeté y otras en la<br />
costa del Brasil.<br />
La eliminación de la población indígena original de estas comarcas azucareras tuvo lugar<br />
rápidamente. Los taínos de Cuba y Haití fueron reducidos de millones a cientos en menos de<br />
medio siglo, algunas de las Antillas Menores fueron vaciadas en tres o cuatro expediciones de<br />
secuestro. Los portugueses obraron de modo parecido en <strong>su</strong>s “dominios” de Brasil eliminando<br />
las Primeras Naciones de toda la costa nordestina desde Ceará hasta Ilheus en poco más de<br />
cincuenta años. Igual destino corrieron los carijá y otros grupos de las costas meridionales,<br />
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