su historia y sus consecuencias - Unesco
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UNESCO<br />
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, se vi<strong>su</strong>aliza en los expedientes una<br />
mayor tendencia hacia la organización gremial y adaptación cultural de los negros. Así lo<br />
demuestra el expediente iniciado por los cofrades de San Baltasar y las Ánimas solicitando<br />
construir una capilla para celebrar <strong>su</strong>s funciones (221) o la solicitud de aprobación de <strong>su</strong>s<br />
Constituciones en 1785 (226). Las cofradías comienzan a salir en procesión por las calles,<br />
previo permiso otorgado por la autoridad (281) competente.<br />
También los encontramos integrando las compañías de morenos hacia 1774 (230). Algunos<br />
de ellos ocupan algún puesto de importancia en estas compañías de negros libres, como<br />
Manuel Frías, que se queja de que el encargado de recoger negros fugitivos y gobernar los<br />
tambos le ha restado autoridad a <strong>su</strong>s órdenes (247), e incluso este mismo sargento Frías llega a<br />
solicitar se le informe al teniente de Rey “algunos hechos sobre el comportamiento de soldados” de<br />
<strong>su</strong> compañía (256).<br />
Los Bandos hacen mención entre 1760-70 de la “prohibición de los bailes indecentes de<br />
negros en la ciudad”. Estos bailes debían pagar una limosna los días domingo y de fiestas donde<br />
sí les estaba permitido bailar y divertirse (233).<br />
Algunos documentos se destacan por <strong>su</strong> curiosidad, por ejemplo la Real Provisión emitida<br />
para que se cumpla la sentencia de azotes y dos años de presidio para el esclavo Francisco<br />
Dulce por haber “engañado” a la hija de <strong>su</strong> amo (259), o una lista de negros libres destinados<br />
como trabajadores en la expedición a Fernando Poo y Annobón “para extraer negros esclavos...”<br />
(173), o la demanda hecha contra Marcos Gadea porque un perro <strong>su</strong>yo mordió a un esclavo de<br />
Tomás Silveyra (231).<br />
En 1791 la Real Cédula de Libre Comercio de Esclavos aumentó notablemente la entrada<br />
de buques negreros que salían con frutos y cueros de la región, trayendo aparejado un aumento<br />
de las actividades ganaderas que financiarían, con impuestos rebajados, expediciones<br />
triangulares al África y otros puertos americanos. Un antecedente similar se produjo apenas dos<br />
años después de la creación del virreinato con la sanción, en 1778, del Reglamento para el<br />
comercio libre de España e Indias que habilitó a Buenos Aires como puerto legal de comercio<br />
con España y otros puertos americanos.<br />
Estas prerrogativas tuvieron <strong>su</strong> cenit con la habilitación del comercio extranjero dada en<br />
1795. Así, el Río de la Plata se introdujo definitivamente en el mercado internacional, si bien el<br />
dominio económico de la región se concentró en manos de comerciantes y hacendados del<br />
litoral con base en los puertos de Buenos Aires y Montevideo (297).<br />
Estas ventajas económicas se ven reflejadas en el aumento de la documentación relativa al<br />
tráfico de esclavos, no sólo en forma legal sino por el contrabando que siguió siendo, a pesar de<br />
esta legalidad aparente, la forma más provechosa de enriquecimiento. Por <strong>su</strong>puesto, esta “ilegalidad<br />
aparente” está dada por la anuencia de las autoridades que, al igual que los comerciantes<br />
locales, se enriquecen.<br />
Los expedientes comerciales o del Con<strong>su</strong>lado son testigos del enriquecimiento de comerciantes<br />
locales que obtienen patentes de introducción de negros en grandes cantidades. Aparecen<br />
nombres como Tomás Antonio Romero, quien solicita se le permita exportar $250.000 de<br />
frutos del país como pago de la introducción de negros (322, 324), o el de Pedro Duval, que<br />
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PARTE INTRODUCTORIA