(Cerdagne) : conflits de propriété et d'usage - Centre de Recherches ...

ALFREDO MORAZA BAREA
Aranguren, quien procederá a otorgar una carta de poder a favor de un
convecino suyo para reclamar a los representantes de diferentes localidades
una serie de cantidades que aún se le adeudaban por haber tenido “al pasto y
repasto” a una serie de rebaños de cerdos. Estos rebaños se “traxieron a
enpastar al termino de Ynirio”, donde estuvieron durante un período de mes
y medio aproximadamente. La subsiguiente lista de localidades deudoras con
el número de cabezas de cerdo que trajeron cada una es sumamente clara
para comprender la importancia de esta masa trashumante. Entre las
localidades riojanas se encuentran las de San Roman (de Cameros) con 200
puercos, la de Laguna (de Cameros) con 350, Cabeçon (Cabezón de Cameros)
con 100, Tabanera (Rabanera) con otros 70, Ayanil (Ajamil) con 78,
Ormillo (Hornillos de Cameros) con 110 y finalmente las de Nalda y Torre
(de Cameros) con otros 450. Entre las sorianas se encuentra únicamente la
villa de Yanguas con 140 puercos. Todas esas localidades suman un total de
1 498 cerdos, los cuales se habían desplazado hasta Gipuzkoa4.
La última referencia disponible hasta el momento data del año 1604 y
reitera las circunstancias ya observadas en los anteriores documentos. En
esta ocasión los protagonistas serán dos localidades sorianas, Villar de Maya
y Santa Cecilia, situadas muy cerca de Yanguas. Sus respectivos rebaños
serán conducidos por Diego Lozano, quien establecerá un acuerdo con el
ordiziarra Juan Ibáñez de Albisu para recibir todos “los lechones que viniesen...
a enpastar a los montes de Ataun” procedentes de ambas poblaciones.
El contrato se extenderá durante casi dos meses, desde el 7 de octubre, día de
la firma de la escritura, hasta el día de San Andrés (30 de noviembre).
Debiendo Lozano abonar por todos ellos 8 reales por cada cabeza de lechón
y 4 por los menores de seis meses o bargotes5.
A la hora de analizar los hechos es necesario tener en cuenta una serie
de aspectos relacionados directamente con estas migraciones pecuarias y que
se traslucen de los convenios rubricados entre las partes. Por un lado la
importante distancia existente entre el punto de origen de esos rebaños
(Norte de Soria y Sur de La Rioja) y los pastos a los que acuden (montes de
Amezketa, Ataun, Sierra de Aralar, en el SE de Gipuzkoa). Una distancia de
aproximadamente unos 200 km que debían de hacerse en unas condiciones
muy complicadas, o al menos diferentes a las disponibles, por ejemplo, para
las cañadas de ovejas. Una distancia que resulta mínima si la comparamos
con las realizadas por las ovejas en sus viajes hacia las tierras extremeñas o
manchegas, pero que por el contrario presenta una gran dificultad por la
complicada orografía del territorio que debía atravesarse. En nuestro caso no
4 AGG. PT. Leg. 2.860, fol. 1-2.
5 AGG. PT. Leg. 2.874, fol. 70.
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