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Concluye que los sargentos a quienes defiende no eran expertos en
inteligencia de combate, labor desempeñada por militares
especialistas en inteligencia destacados ante la DINTE, Dirección de
Inteligencia, y el Batallón Charry Solano.
En cuanto a la prueba indiciara grave aducida por la Fiscalía en
contra de sus prohijados, con base en la cual les endilga
responsabilidad como coautores del delito de desaparición forzada
agravada, parte de atribuirles participación en el proceso de
individualización, registro e interrogatorio, lo que considera es una
afirmación “tendenciosa, grave, antijuridica”, por cuanto la Fiscalía
realiza esa inferencia asumiendo que sus defendidos eran analistas
de Inteligencia destacados ante el B-2, capacitados para
individualizar, registrar e interrogar, considerando tal valoración un
yerro de la Fiscalía por la mala apreciación y valoración que hace
respecto de la Inteligencia Militar y las personas que la ejercían.
Señala que la Fiscalía construye tal hipótesis olvidando que dentro
de la gran cantidad de declaraciones, injuradas y diligencias de
exhibición de videos que obran en el plenario, ninguno de los
declarantes, de los familiares de los presuntos desaparecidos, e
inclusive de las personas que según el dicho de la Fiscalía fueron
sometidas a tratos crueles e inhumanos en el segundo piso de la
Casa del Florero y en instalaciones militares, ni el custodio de IRMA
FRANCO, EDGAR MORENO FIGUEROA, militar activo para la
fecha de los hechos, hicieron alusión directa de los sargentos, pues,
pese a que portaban sus uniformes, nunca los testimonios los
ubicaron en el segundo piso de la Casa del Florero elaborando
listas, ni menos interrogando.
Incluso, señala, a la vista pública comparecieron diferentes
declarantes y jamás hicieron un reconocimiento en estrados de sus