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En ese mismo sentido señala que el dictamen grafológico practicado
para cotejar la firma de VILLAMIZAR con la impuesta en la
declaración supuestamente rendida ante la Fiscalía Cuarta
Delegada ante la Corte, concluyó que la firma dubitada es
uniprocedente respecto de un documento aportado por la Fiscal
Cuarta a un proceso penal seguido en su contra, del que no se
acreditó su legalidad ni autenticidad, ni se le puso de presente a
VILLAMIZAR ESPINEL para que diera fe si era o no su firma, por lo
que solicita se acceda a las pretensiones de la Procuraduría, pues el
dictamen, así como su ampliación, está viciado de ilegalidad.
Resalta como extraño que la Fiscal Cuarta tuviera en su poder un
documento original que le pertenece al proceso. Pero más que eso,
que siendo un original que debería ser exactamente igual al
dubitado, no lo es.
Al respecto se refiere a lo señalado por la Fiscalía en cuanto a que
“[el] testimonio, …. fue practicado válidamente por la instructora en desarrollo
de una diligencia de inspección; aunque al testigo solo se le formuló una
pregunta, ello se explica por lo avanzado de la hora en que se tomó la diligencia
y porque con base en sus informaciones se haría una prospección en el lugar;
además, en el acta consta que se dispuso continuar la declaración en una
nueva oportunidad, lo cual no fue posible porque el señor Villamizar
Espinel no pudo ser ubicado nuevamente” (subrayado y resaltado del
texto), para señalar que, atendiendo lo visto en la declaración que
obra en el expediente puede ser que sea así, pero ello no se
consigna de esa manera en el documento en original aportado por la
Dra. ÁNGELA MARÍA BUITRAGO, en donde lo que se señala es: “A
continuación el despacho le solicita indique el sitio referido en su declaración.
Se tiene apoyo de fotografía con los investigadores Efrén González y Pablo
Vásquez. En tanto se fija el sitio que indica en su declaración se suspende la
misma y se firma por quienes en ella interviene”.