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del fuego, a más de subsistir la duda por la ausencia de la billetera,
es evidente que el cuerpo hubiera sido perfectamente reconocible y
es claro que eso no se dio, como tampoco se justificaría la ausencia
de un acta de levantamiento que los relacione.
Lo que denota el encontrar esos documentos entre los objetos
relacionados con restos y cadáveres del Palacio, es una posible
intensión de crear confusión en punto a la suerte corrida por DAVID
SUSPES CELIS, tratando de sembrar la idea de que en efecto murió
al interior de la edificación.
En ese contexto, así se estime que no es evidencia concluyente, no
puede ignorarse que LUZ DARY SAMPER dio a conocer que el 15
de noviembre de 1985 la señora MARIA DEL CARMEN CELIS,
madre de DAVID, recibió una llamada en la que una persona que
aseguró ser del F-2 le manifestó que unos soldados habían sacado
a los de la cafetería hacia la Casa del Florero y finalmente los
habían llevado a la Escuela de Caballería en Usaquén, donde
habían sido torturados.
Llamada que igual recibió MARÍA DEL PILAR NAVARRETE
URREA, esposa de HÉCTOR JAIME BELTRÁN FUENTES,
corroborando lo comunicado por el informante anónimo y mostrando
cómo, apenas unos pocos días después de sucedidos los hechos,
cuando las familias comenzaban a tratar de obtener algún dato
sobre sus seres queridos, ya circulaba el “rumor” sobre las torturas a
las que se estaría sometiendo a los empleados de la cafetería,
coincidiendo, significativamente, con el hecho de pesar sobre ellos
efectivamente la sospecha, desde un comienzo, de ser auxiliadores
del grupo de asaltantes y la “casualidad” de no aparecer, ni siquiera
dentro de los muertos reconocibles, ninguno de ellos.