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las muestras de referencia indubitadas que de ÉDGAR VILLAMIZAR
se aportaron, lo que se refuerza con la diligencia de reconocimiento
fotográfico practicada durante el presente juicio, donde VILLAMIZAR
ESPINEL fue reconocido por el investigador del CTI PABLO
ENRIQUE VÁSQUEZ como quien estuvo presente en la diligencia
de declaración llevada a cabo en la Escuela de Caballería en agosto
de 2007.
Frente a las irregularidades que se predican de dicho testimonio
precisa que fue practicado válidamente por la instructora en
desarrollo de una diligencia de inspección. Aunque al testigo solo se
le formuló una pregunta ello se explica por lo avanzado de la hora
en que se tomó la diligencia y porque con base en sus
informaciones se haría una prospección en el lugar. Además en el
acta consta que se dispuso continuar la declaración en una nueva
oportunidad, lo cual no fue posible porque VILLAMIZAR ESPINEL
no pudo ubicarse nuevamente.
Señala que el yerro cometido al identificar al declarante como
EDGAR VILLARREAL no impide determinar que quien rindió la
declaración fue el mismo que compareció en este juicio a negarlo,
faltando con ello a la verdad, pese a que ante la Fiscal Cuarta
Delegada ante la Corte en la Escuela de Caballería se hizo presente
voluntariamente.
Considera que dicho testimonio puede ser apreciado por el
Despacho y valorado en toda su dimensión probatoria, puesto que
resulta relevante para demostrar la forma como varias personas que
salieron con vida del Palacio de Justicia, entre quienes se menciona
a alguien que por su descripción física corresponde a CARLOS
AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA, empleado de la cafetería que figura
entre los desaparecidos, fueron trasladadas a la Escuela de