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inciso 2º, resaltando que FERNEY ULMARDIN CAUSAYA PEÑA no
sabía ni se imaginaba lo que iba a ocurrir los días 6 y 7 de
noviembre de 1985, y reitera que llegó el 7 de noviembre a la 1:30
pm. sin tener conocimiento de las circunstancias en que se
desenvolvieron los hechos dentro del Palacio de Justicia, ni estuvo
en la Casa del Florero realizando entrevistas, ni identificación de las
personas liberadas, funciones realizadas por personal de la DIJIN, el
F2, el DAS y la Cruz Roja.
Concluye que Fiscalía se limitó a predicar la existencia de una
coautoría con fundamento en la presencia de su defendido en el
lugar de los hechos el 7 de noviembre de 1985, presencia que el
ente acusador procedió a inferir del oficio 027 de 1986, suscrito por
el Coronel EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO, evidencia que
considera circunstancial y que no debió tenerse en cuenta para
emitir resolución de acusación en contra de su prohijado.
Refiere que el ente acusador se limita a imputarle responsabilidad a
su defendido generalizando el análisis probatorio, pasando por alto
que la responsabilidad penal no es colectiva sino individual, siendo
necesario indicarle al procesado cual es el comportamiento que lo
hizo incurrir en el tipo penal por el que se le acusa.
De otra parte, asegura que al examinar las pruebas recogidas en
este proceso no encuentra certeza respecto de la hora en que
supuestamente salieron con vida los desaparecidos, pues por un
lado se afirma en los reconocimientos que realizaron en videos sus
familiares que aparecen saliendo después del mediodía del 7 de
noviembre, pero contra esa afirmación se encuentra la declaración
de un soldado que afirma que sacó al administrador de la cafetería y
a CRISTINA GUARÍN el día 6 de noviembre a las 4 de la tarde.