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aparentemente contradictorias, razón por la cual se les quiere restar
credibilidad, sin sopesar los motivos que les habrían llevado
inicialmente a omitir información.
Tal es el caso de CESAR AUGUSTO SANCHEZ CUESTA, quien en
declaración rendida el 3 de febrero de 1986 no hizo mención a
situaciones y detalles expuestos por él tiempo después ante la
Fiscalía Cuarta Delegada ante la Corte Suprema de Justicia.
Sin embargo, SÁNCHEZ CUESTA explicó razonable y
circunstanciadamente los motivos por los cuales inicialmente omitió
informar ciertos detalles. Sobre el particular adujo que las
circunstancias que rodeaban la declaración inicialmente rendida en
1986, “…. ponían en riesgo mi vida y mi seguridad personal, ya que para el
momento de esta declaración ya se me habían hecho las advertencias
pertinentes por parte de los militares, y había recibido, como lo reitero, ciertas
visitas a mi lugar de residencia por parte de vehículos sospechosos. ... La
advertencia que se me hizo en las instalaciones del ejército, ubicadas en lo que
se denomina como el Cantón norte, fueron claras, contundentes, precisas, de lo
que me podía suceder si seguía indagando por el administrador, o por alguna
otra persona. Si en el momento pertinente de la declaración hubiese declarado
lo que declaré en el mes de septiembre de este año, ante esta fiscalía, estoy
seguro de que no estaría en este momento con vida”.
Ahora, llama la atención que este deponente manifieste cómo, al
acercarse a las instalaciones del Cantón Norte a averiguar por
CARLOS RODRIGUEZ, recibió de respuesta “… que no molestara más
y que dejara de estar indagando por personas que no valían la pena porque
eran guerrilleros y asesinos” 159 , coincidiendo en ello con los familiares
de algunos de los desaparecidos que informan haber recibido como
159 Rec. 14:20, grab. Sánchez C. Cesar A. Audio Declaración; DVD Marcado como Ítem 80-
67J3, “Transfer oficio fl. 301 c. # 12. Informe No. 337123, 19-04-07”.