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Frente a lo anterior, señala que pudo más la visión de esas
personas que la tecnología, dándole mayor credibilidad a las
primeras, a pesar que este hecho no genere certeza en punto a que
realmente estas personas hayan salido con vida del Palacio de
Justicia, y menos que los reconocimientos, que considera
manipulados y sesgados, puedan fungir como prueba de cargo que
demuestre una desaparición.
Realiza un análisis de los dictámenes de genética practicados
dentro de este proceso, que han sido señalados como prueba de la
existencia de desaparecidos, considerando equívoco darle dicha
valoración a esos dictámenes.
Trae a colación las conclusiones que considera se deben tener en
cuenta respecto de la prueba científica, así como de las
declaraciones de la Dra. YOLANDA GONZALEZ, el Dr. CARLOS
VALDES y el Dr. RODRIGUEZ CUENCA, para sostener que los
resultados de los dictámenes de genética realizados sobre los
restos exhumados de una fosa común en el cementerio del sur,
donde podría haber sido depositados cuerpos provenientes de los
hechos del Palacio de Justicia, no se pueden interpretar como
concluyentes de que las personas listadas como desaparecidas en
efecto hayan sido víctimas de ese delito.
El que esos dictámenes no hayan dado ningún cotejo positivo, es
indicativo de que en esa fosa había restos que probablemente no
corresponden a los hechos del Palacio de Justicia.
Para el defensor, la fosa exhumada no es necesariamente la única a
la que pudieron llegar los cadáveres del Instituto Nacional de
Medicina Legal, pues no se tiene conocimiento absoluto de si esta