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CLARA HELENA ENCISO, única persona del grupo insurgente que
logró escapar; de 64 declaraciones que obran en el expediente,
entre las que se encuentra la del soldado EDGAR MORENO que la
custodió en la Casa del Florero, y de las grabaciones a las
conversaciones militares que señalan que “se obtuvo inclinación sobre
una sujeto que es abogada y que ya fue reconocida por todo el personal”,
siendo objeto de custodia y control por parte de los miembros del
Ejército que desarrollaban esa actividad en la Casa Museo, y al día
de hoy no aparece ni viva ni muerta.
Pero además se escuchó la orden de “Esperamos que si está la manga
no aparezca el chaleco”, en las comunicaciones grabadas entre
ARCANO 5 (SADOVNICK) y ARCANO 2 (EDILBERTO SÁNCHEZ
RUBIANO), lo que ha sido interpretado como una específica orden
de desaparecer personas.
De otra parte afirman que los desaparecidos no hacen parte de los
inhumados en la fosa común del cementerio sur, pues de los 94
cuerpos reconocidos por el Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses como de personas fallecidas en los hechos del
Palacio de Justicia, entre el 6 y el 15 de noviembre de 1985 se
identificaron 53 personas cuyos cuerpos fueron entregados a sus
familiares, y 36 que fueron inhumados en la fosa común del
cementerio del sur por órdenes de diferentes Juzgados de
Instrucción Penal Militar, lo cual quiere decir que restarían 5 cuerpos
por establecer el destino que se les dio.
Pero de 5 personas harían parte los cuerpos de los oficiales JAIME
ALBERTO PORTILLA FRANCO, HÉCTOR ANIBAL TALERO CRUZ
y JAIME BENÍTEZ PRIETO, quienes fueron identificados con los
protocolos de necropsia 3743-85, 3786-85 y 3791-85,
respectivamente, sin que en estos 3 casos exista prueba alguna que