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de su familia y por ello había solicitado no sólo a la Fiscalía
beneficios por colaboración sino a la Procuraduría protección, sin
obtener nada de ello.
Igual, recuérdese cómo, según PABLO GONZALEZ MONGUI,
exjefe de la Oficina de Investigaciones Especiales de la
Procuraduría, el cuerpo sin vida de NIDIA ERIKA BAUTISTA pudo
ser encontrado gracias a la información suministrada por
BERNARDO GARZÓN y, entonces, no puede desatenderse que la
referida retractación se hubiera dado precisamente dentro del
proceso adelantado por la justicia Penal Militar por el secuestro,
tortura y homicidio de NIDIA ERIKA BAUTISTA.
En esas condiciones, son más fiables los dichos iniciales del testigo
que la retractación verificada en las circunstancias indicadas,
máxime cuando aquellos son contestes, claros, lógicos, coherentes
y encuentran respaldo en otros elementos de juicio acopiados en el
expediente, mientras ésta soporta máculas por el interés específico
que se puede deducir en el testigo para llevarlo a negar lo que sí
conoció 88 .
A lo anterior se suma la comunicación radial captada por el
radioaficionado PABLO MONTAÑA, en la que LUIS CARLOS
88 “….. la jurisprudencia de esta Corte tiene establecido que el hecho de que un testigo se retracte
de sus afirmaciones iniciales, no desvirtúa por sí mismo el contenido de lo expresado inicialmente,
versión que no se deslegitima por ese sólo hecho, sino que depende del análisis conjunto de la
prueba practicada, sujeta en su apreciación al sistema de la persuasión racional, ello con el
propósito de establecer cuándo el testigo dijo la verdad y cuándo no.
……
La retractación, ha sido dicho por la Corte, no destruye per se lo afirmado por el testigo arrepentido
en sus declaraciones precedentes, ni torna verdad apodíctica lo dicho en sus nuevas
intervenciones. „En esta materia, como en todo lo que atañe a la credibilidad del testimonio, hay
que emprender un trabajo analítico de comparación y nunca de eliminación, a fin de establecer en
cuáles de las distintas y opuestas versiones, el testigo dijo la verdad. Quien se retracta de su dicho
ha de tener un motivo para hacerlo, el cual podrá consistir ordinariamente en un reato de
conciencia, que lo induce a relatar las cosas como sucedieron, o en un interés propio o ajeno que
lo lleva a negar lo que sí percibió. De suerte que la retractación sólo podrá admitirse cuando
obedece a un acto espontáneo y sincero de quien lo hace y siempre que lo expuesto a última hora
por el sujeto sea verosímil y acorde con las demás comprobaciones del proceso” (Corte Suprema
de Justicia.- M.P. José Leonidas Bustos Martínez.- 26 de junio de 2013).