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destinada para interrogatorios; algunos fueron sometidos a torturas
y posteriormente desaparecidos.
En este contexto cobran relevancia las cuestionadas
manifestaciones vertidas por EDGAR VILLAMIZAR ESPINEL ante la
Fiscalía Cuarta Delegada ante la Corte Suprema de Justicia, con
presencia del representante del Ministerio Público, en tanto aseguró
que como integrante de un grupo especial de la Séptima Brigada,
con sede en Villavicencio, el 6 de noviembre de 1985 fueron
traslados en apoyo de los operativos de recuperación del edificio del
Palacio de Justicia.
Asegura que el segundo día, esto es, el 7 de noviembre, en un
primer viaje llevaron a la Escuela de Caballería una señora con
falda a cuadros y a un hombre vestido con buso, no recuerda si era
blanco o beige, a quienes metieron a las pesebreras, quedando él
como custodio de esas personas, con la orden de: “a esos perros ni
agua”.
Cuenta que pasadas las 4:30 de la tarde de ese mismo día llevaron
otras tres personas, cree que eran otra mujer y dos hombres, y los
ubicaron aislados en pesebreras diferentes, cada uno en una.
Asegura haberse dado cuenta de las torturas y vejámenes a los que
fueron sometidas esas personas, a quienes “…. colgaban de las manos,
les daban golpes en el estómago, con cables les ponían electricidad en
cualquier parte del cuerpo, tanto a los hombres como a las peladas. ….. [a] la
primera que se trajo, le rasgaron la blusa y le dejaron los senos a la
intemperie”.