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No dudamos que la periodista JULIA NAVARRETE haya visto en la
fila de rescatados del Palacio de Justicia a una mujer vistiendo
uniforme como el usado en las cocinas de cafetería; pero la
inferencia razonable sobre exclusión de posibilidades de confusión
con alguna otra empleada de la cafetería no es suficiente, a juicio de
este Despacho, para dar por demostrada la salida viva de LUZ
MARY PORTELA LEÓN y su subsecuente desaparición forzada, en
la medida en la que no hay ningún otro elemento de convicción
objetivo, claro y concreto para refrendar esa inferencia de
identificación.
Menos sólida es esa inferencia cuando nuevamente se rompe la
premisa según la cual, en principio, todos los empleados de la
cafetería deberían estar congregados en un mismo grupo y como tal
era de esperarse siguieran un mismo curso de acontecimientos, y
no habría entonces una explicación clara para entender que LUZ
MARY PORTELA LEÓN, a diferencia de sus compañeros de labor,
saliera a primeras horas de la tarde del 6 mientras los otros al
parecer permanecieron hasta la tarde del día siguiente.
De otro lado, la descripción realizada por JULIA ALBA NAVARRETE
MOSQUERA es marcadamente general, no individualiza en modo
alguno a la persona y no se intentó despejar la posibilidad de
confusión con alguna de las señoras que, desde una pequeña
cafetería ubicada en el sótano, servían tintos a las oficinas de los
Magistrados y que por su uniforme podían eventualmente
confundirse con trabajadoras de la cafetería, como se evidencia, a
modo de ejemplo, en la versión de HEMAN LOPEZ LOPEZ, para
ese entonces cabo segundo de la Policía Nacional, miembro del
grupo GOES que asaltó la edificación por la terraza, y cuenta cómo
“hubo un momento, cuando yo me encontraba en la terraza, sacaron a la