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En cuarto lugar, refiere que existe prueba de que en la Brigada XIII
se practicaron interrogatorios a presuntos miembros de los grupos
subversivos, puesto que el proceso arroja claridad en el sentido de
que algunas personas que salieron con vida del Palacio de Justicia
fueron conducidas a la Escuela de Caballería de la Brigada XIII, sin
que exista registro fehaciente de su ingreso y salida de las
instalaciones, pero sí de que fueron víctimas de interrogatorios
forzados.
Así surge del testimonio de EDGAR VILLAMIZAR ESPINEL,
suboficial del Ejército Nacional que participó en las operaciones
militares llevadas a cabo con ocasión de la toma del Palacio de
Justicia, quien dio cuenta de las torturas a las cuales fueron
sometidas cinco personas rescatadas del Palacio de Justicia en las
instalaciones de la Escuela de Caballería, entre las cuales se
menciona un hombre cuyas características corresponden a las de
CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ, quien en medio de los
tormentos se identificó como empleado de la cafetería del Palacio
de Justicia.
Señala que se ha puesto en duda la autenticidad y la validez de este
testimonio, practicado por la Fiscal Cuarta Delegada ante la Corte
Suprema de Justicia en la Escuela de Caballería, teniendo en
cuenta que en el acta de la diligencia aparece como si la declaración
hubiera sido rendida por EDGAR VILLARREAL y no por EDGAR
VILLAMIZAR; el acta no tiene fecha; la fiscal se limitó a formularle
una pregunta y la firma allí impuesta por el testigo en apariencia no
corresponde a la que utiliza en sus actos, y por ello el representante
del Ministerio Público ha cuestionado la real presencia de EDGAR
VILLAMIZAR ESPINEL en la práctica de la referida declaración, al
punto de sostener que el testigo fue suplantado.