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procesados como el personal que colaboró en las actividades de
recepción e identificación de las personas rescatadas del Palacio de
Justicia en la Casa del Florero los días 6 y 7 de noviembre de 1985.
Información que no ofrece duda alguna en razón a que se suministró
una vez acaecieron los hechos, pues no resultaría lógico que quien
estuvo al mando de esa operación incluyera personal ajeno a tales
actividades o a quienes realizaron tareas de soporte meramente
logístico. Aunado a ello, dicho oficio es un documento público que
goza de presunción de autenticidad y fue EDILBERTO SÁNCHEZ
RUBIANO quien lo suscribió, sin que en momento alguno haya
desconocido su contenido.
Aduce que si bien es cierto algunos de los procesados niegan haber
realizado las actividades que se les atribuye, pretendiendo
excusarse en que estuvieron en el lugar cumpliendo únicamente
labores de apoyo logístico, como transporte de radios, comestibles y
otro tipo de elementos, es difícil creer que personal militar dedicado
al análisis de información de inteligencia, que podía ser de utilidad
en la operación militar, hubiera sido desperdiciado en labores como
las mencionadas.
Para la Fiscalía no existe duda que el objetivo principal y
preponderante que perseguían las autoridades militares al disponer
el traslado de los rehenes liberados al cuartel o puesto de mando en
la Casa del Florero, no era otro distinto a obtener datos que le
posibilitaran a la Fuerza Pública conocer al enemigo, sus
posiciones, sus jefes, los proyectos, las pretensiones, sus
capacidades, la actitud que tenían, cantidad de retenidos y toda la
información sobre el lugar de los hechos, la cual debía transmitirse a
sus superiores.