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Narra las torturas infligidas al hombre que señaló vestido con un
buso, a quien escuchó pedir “… que no le hiciera eso que él era de la
cafetería”. Asegura que “Como a los 10 o 15 minutos sale Achury y comenta
con Gamboa „curso, curso, se me fue este hijueputa‟, fue cuando [se] dio
cuenta que se había muerto”.
Describe a esa persona como de cabello bien cuidado, peinado por
la mitad, de cara no muy robusta y tampoco era muy acuerpado.
Tenía un bigote que no era “… estilo Pancho Villa, pero sí un bozo” que
califica de “quiebra novias”.
Señaló que también una mujer murió mientras era torturada y los
cuerpos fueron enterrados en un hueco donde había enterrado un
caballo 135 .
Esta declaración ha sido fuertemente cuestionada por cuanto en
mayo de 2011 VILLAMIZAR ESPINEL se presentó ante la
Procuraduría solicitando protección y negando ser quien rindió esa
versión, de donde ha surgido la especie de una supuesta
suplantación encaminada a perjudicar a los militares involucrados
en los diferentes procesos seguidos por los hechos del Palacio de
Justicia.
No obstante, es significativo que la versión detallada y
descarnadamente expuesta por quien se presentó ante la Fiscalía
Cuarta Delegada ante la Corte Suprema compagine con los otros
elementos de juicio relacionados a lo largo de estas consideraciones
que dan cuenta de las irregularidades cometidas por las fuerzas del
Estado en el manejo de las personas consideradas sospechosas de
ser miembros o colaboradores del grupo insurgente M-19, incluso
135 Folio 248 al 251 original 19 de instrucción.